Capítulo 24

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Cuando llegó el nuevo encuentro de fútbol de Argentina fui de las últimas personas en llegar a la cancha, esta vez decidí mirarlo con Eugenia y Candela, junto a ellas si podía gritar y mostrarme en un estado de euforia, sentía la adrenalina en todo mi cuerpo.
Empezó el partido, faltaba poco para que termine el segundo tiempo cuando tuve que salir corriendo en busca de un baño.
Me quedé apoyada contra la pared sintiéndome muy mal, pasó el tiempo y como no volví las chicas vinieron a buscarme.
-¿Viste un fantasma?-Candela se mostró preocupada.
-No es la primera vez que estas pálida, ¿estas alimentándote bien?-ella también se preocupó.
-Sí.. Más o menos, estuve trabajando de nuevo en mi taller, llevando a Peter de un lado a otro.. A veces no tengo tiempo de comer, tal vez es por eso que el cuerpo me esta pasando factura-suspiré- también vivo cansada, y como si fuera poco últimamente discuto mucho con Benjamín, eso me pone muy nerviosa
Candela y Eugenia se me quedaron mirando, la segunda tenía cara de estar pensativa.
-Ya vengo-Eugenia terminó de irse.
-¡Te vas a perder el partido!-le grité y Candela me agarró del brazo para que saliéramos del baño- ¿que se fue a hacer?
-No lo se..-ella se encogió de hombros- no estoy segura exactamente de lo que está pensando..
-En fin, ¿vamos a ver el partido?-cambié de tema, asintió con la cabeza.
El partido terminó y todos festejamos, quién todavía no se apareció fue Eugenia, cuando la vi a lo lejos la miré extrañada.
-Te perdiste el gol de último momento
-Caminá conmigo-me agarró del brazo, Candela también nos siguió.
Nos encerramos en el baño público y pusieron la traba.
-Traje algo-Eugenia sacó un test de embarazo de su cartera, me reí en su cara-te lo presento, es para vos..
Inmediatamente dejé de reírme, ¿para mi?
-Buen chiste, ni te hubieses gastado en ir a comprar esto, te perdiste el partido por esto..-agarre el test con mi mano- yo no puedo.. No puede pasar.. Yo voy a casarme.. Con otra persona..
-¿No estuviste con tu novio en el último tiempo?-Candela elevó sus cejas, negué con la cabeza mientras sentía al pánico y el nerviosismo invadirme.
-No perdés nada haciéndotelo...-Eugenia me animó y no muy segura me encerré para hacerle caso.
Me hice el famoso test que sale en todas las películas románticas deseando no tener el mismo resultado final que la mayoría de las protagonistas.
Cuando miré el resultado rápidamente me bajó la presión, no pude hacer otra cosa que no dejar de mirar el test.
-Esto es una mierda-se me quebró la voz- dos semanas, el resultado dice dos semanas
-Felicidades mamita, ¿te imaginas que te salga futbolista?-Candela esbozó una pequeña sonrisa, hizo ese comentario para intentar ponerme de buen humor, me dio un abrazo cálido y me puse a llorar en silencio, estaba en shock- no es fin del mundo Lali..
Eugenia también se unió al abrazo.
-Ahora vas a soltarnos e ir a hablar con Peter..-Eugenia me dio una palmadita en el trasero después de sacarle la traba a la puerta.
-No... No estoy lista todavía, esto.. Acaba de frustrar todos mis planes.. Siempre fui muy ordenada, organizada..-la voz se me quebró nuevamente- tengo miedo.. Mucho miedo..
Otra vez las chicas, quienes se convirtieron en mis amigas me recibieron nuevamente en sus brazos.
Cuando me aparté me sequé las lágrimas de la cara con el papel del baño.
-Entonces.. ¿No venís a celebrar la victoria con nosotras hoy?-Eugenia elevó sus cejas mirándome, negué con la cabeza- ahora hay un motivo más para celebrar vamos..-ella extendió su brazo y me agarró de la mano- vamos..
Muy de mala gana terminé acompañándola, cuando los chicos salieron del vestuario quién me abrazó alegre fue Peter, me escondí debajo de su cuello e inevitablemente se me cayeron algunas lágrimas.
-¿Te emocionó que hayamos ganado?-me sonrió y nerviosa asentí con la cabeza- vamos a celebrar, hoy toca ir a la casa de Agustín
Caminé teniendo la cabeza en otro lado, hablar o no hablar, ese era mi dilema, decidí guardarme la información porque era muy reciente, necesitaba hacerme a la idea, procesarla, seguro a Peter le iba a dar pánico, en las revistas que compré y leí por años él siempre hablaba de su deseo de no ser padre, estaba perdida, iba a estar sola.
Durante todo lo que duró la celebración en lo de Agustín estuve apagada de energía, ni tenía ganas de comer.
-¿Estas bien?-Peter reparó en mi estado, se acercó y besó mi frente- no sé.. Creí que tenías fiebre.. Estas rara..-me miró a los ojos.
¿Hablar o callar?
Se sentó a mi lado y agarró mi mano con la suya, me la besó, su gesto tierno me hizo sentir un cosquilleo, pronto todo esto, este jueguito de seducción se iba a terminar, se iba a terminar cuando Peter se fuera a enterar que nuestra jodita breve se había transformado en algo, en vida.

Volví a mi edificio con la cabeza llena de pensamientos, imaginaba mil escenarios y miles de conversaciones hipotéticas para tener con Peter, pero ninguna me convencía.
Cuando abrí la puerta de mi departamento estaba mi novio serio, me miró a los ojos y supe que algo no andaba bien.
-Hola..-tomó aire y lo soltó- hace días te di tiempo para que me citaras cuando te sientas en condiciones para hablar bien, pero no lo hiciste.. ¿Te importo Mariana?
-Sí... Sos una buena persona, amorosa..
-¿Y? Nunca nada de eso fue suficiente, ¿no?-elevó sus cejas y me quedé helada porque tenía razón.
-Cuando nos conocimos todo pasó demasiado rápido.. Yo.. No estaba lista para comprometernos..-me atreví a ser sincera.
-¿Porqué aceptaste?-él me agarró del brazo.
-No... No quería perderte..-agaché mi mirada, me sentía una mierda, no podía mirarlo a los ojos.
-¿No querías perderme realmente o no querías perder la comodidad que sentías conmigo en una pareja que siempre fue estable?-me miró a los ojos-en este último tiempo sentí que me volví una molestia para vos, siempre te escapabas de mi.. ¿Tiene Peter Lanzani que ver?
No me atreví a seguir mintiéndole, por eso me quedé en silencio.
-¡Genial!-se rió con ironía- ¡tomá!-me dio el juego de llaves de mi departamento, yo hice lo mismo con el suyo y nos miramos por última vez- vas a arrepentiste.. Siempre supiste como realmente es...
La puerta se cerró de un portazo y se me aflojaron las piernas, era demasiado para un día, todo era demasiado para un día.
Me puse a llorar sintiéndome muy mal.

Sin querer queriendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora