Epílogo

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Un tiempo después...

Sentí mucho nerviosismo y ansiedad hasta que finalmente entré al tercer mes de embarazo, ahora era más seguro el que no pusiera pasar nada.
-Hola mi amor número uno-Peter llegó del entrenamiento y me rodeó la cintura con sus brazos, le sonreí, acto seguido me besó con dulzura- y ahora...-se agachó y acarició mi pancita que se estaba empezando a notar, tan solo parecía una hinchazón, pero ambos sabíamos que era mucho más que eso- hola mi amor número dos-me la besó reiteradas veces.
Mis ojos se pusieron brillosos de la emoción, siempre me emocionaba verlo a Peter tan amoroso, dulce, feliz por nuestro bebé que venía creciendo sano, sí, estaba creciendo sano.
Nos pusimos ropa sencilla para empezar a pintar la habitación que dentro de unos pocos meses iba a ser ocupada por un personita diminuta, una que nos iba a necesitar a los dos.
Agarré un poco de pintura verde con mi brocha y empecé con una de las paredes, Peter me imitó quedándose a mi lado.
-Fue una buena idea el verde..-Peter se quedó pensativo- me gustó lo que me contaste de esa serie que viste en la tele, que la protagonista es el amarillo y su enamorado el azul.. Que juntos forman el verde.. Nuestro bebito sería el verde, ¿no?
Dejé de pintar para mirarlo a los ojos y sonreírle, asentí con la cabeza y rodeé su cuello con mis brazos, besé su cuello y me escondí debajo de éste.
-Juntos formamos al verde...-se lo susurré y después de decir eso no se me borró la sonrisa de los labios, estaba muy feliz de estar viviendo este presente.

El día más importante de mi vida..

Santino Lanzani nació en la semana de gestación número 34, era chiquitito, ínfimo, lloré mucho, en parte por la emoción y en parte por el miedo de que le pase algo, mi chiquito tuvo que estar en la incubadora, un aparato que mantiene un clima especial para que el bebé siga creciendo lo que no pudo terminar de crecer adentro de la panza.
Cuando lo amamanté por primera vez y sentí el calor de su cuerpito chiquito junto al mío supe que todo había valido la pena, Peter se quedó mirándonos desde lejos emocionado, le dejó un beso en su carita y a mi uno sobre mis labios, también le sonreí.
Todo fue una fiesta cuando a nuestro hijo le dieron el alta, había sido un guerrero, fue haciéndose más fuerte hasta que finalmente llegó el tan ansiado día de abandonar la clínica, cuando salimos estaba lleno de periodistas, solo les sonreímos para después entrar al auto.
Peter manejó hasta nuestro hogar y cuando entramos todo ya no era monocromático, había colores en todos los rincones de la casa, todo estaba intervenido por mi arte, había soñado con que mi bebé pudiera vivir en un ambiente de calidez, todo estaba lleno de fotos y la mayor parte del tiempo había sonando música.
-All you need is love-me sorprendí con la elección de la canción- los Beatles-le sonreí a Peter que estaba acunando entre sus brazos a nuestro Santino.
-Quiero acostumbrarlo a que escuche buena música desde chiquito-elevó sus cejas mirándome y ambos nos reímos, después toda la atención se la robó el amor de nuestras vidas que no dejaba de moverse- le gusta eh-Peter me sonrió.
Me acerqué hasta donde estaban ambos y besé la mejilla de mi novio, sí, hace unos meses atrás me había pedido si quería ser su novia, me morí de ternura porque me preparó una sorpresa por la noche en la playa de Santa Mónica, no solo me pidió eso, me hizo prometerle que cuando nuestro hijo tuviera dos años nos casaríamos, así que puede decirse que fue una propuesta doble, una a la cual ni dude en rechazar, yo estaba loca por él, había arriesgado para terminar ganando, ahora nos habíamos convertido en un equipo, ya éramos familia.
Me moví bailando pegada a Peter, él también se movió imitándome, mientras nuestro chiquito cerraba sus ojos quedándose dormido, todo estaba en orden, ahora reinaba la alegría y el amor.

DOS AÑOS DESPUÉS

Llegó el día en el que junto a Peter íbamos a coronar nuestra historia.
Mamá se la pasó corriendo atrás de Santino para ponerle una camisa con un moño verde oscuro, cuanto más ella corría detrás de él mi hijo más creía que estaban jugando a un juego, después de un rato largo logró cambiarlo para antes de que empiece la ceremonia en la playa.
Vi mi reflejo en el espejo y recién ahí al verme de blanco empecé a ser consciente de que estaba por casarme con el amor de mi vida.
-No llores desde ahora boba-Candela esbozó una pequeña sonrisa, me atrapó sacándome una lágrima de la cara.
-No llores La-Eugenia también me retó, todas nos reímos.
Tiempo más tarde la música empezó a sonar y me puse nerviosa minutos antes de salir, bueno, no eran nervios, más bien ansiedad.
Caminé por un pasillo en el cual estaba la mamá de Peter, mis papás, inevitablemente sonreí, habían logrado hacer sus diferencias a un lado y apostar en los que años antes apostaron, su amor, la familia.
Santino llegó hacia donde estábamos junto a Peter, nos trajo una cajita donde estaban nuestros anillos con el nombre del otro y la fecha del casamiento grabado.
Un hombre fue el que habló durante todo lo que duró la ceremonia, cuando finalmente le tocó hablar a Peter ambos nos miramos con una sonrisa.
-Mariana...-sus ojos estaban brillosos- Lali... Mi La La Land... Pasamos tantas eh.. Pero pasaría por todo mil veces más si todo fuera a comenzar como ahora, porque sí, estamos comenzando una nueva etapa.. Sí, nuestra historia hoy tiene un nuevo comienzo, uno donde nuca va a faltar el amor, el respeto, la diversión.. Nos convertimos en un equipo, uno en el que elijo siempre estar, uno que me llena de alegría.. No solo sos mi compañera de vida, sos mi amor, mi familia.. Desde el primer momento a pesar de tener miedo a sentir sin saberlo te elegí, y ahora estoy acá para que todos sean testigos de nuestro nuevo comienzo..-agarró el anillo y me lo puso en el dedo- te amor Mariana
Una sonrisa se asomó nuevamente sobre mis labios, agarré el otro anillo.
-Juan Pedro... Peter.. Mi ídolo-todos nos reímos después de que dijera eso- cuando entraste por casualidad a mi vida me demostraste lo humano que sos, lo divertido, pícaro.. Y el buen corazón que tenes, sos buena persona, dulce como nadie.. Desde el primer momento me respetaste, poco a poco fui desarrollando sentimientos, unos que se fueron fortaleciendo, fueren creciendo... Estoy acá junto a todos nuestros seres queridos para que sean testigos de la historia que empezamos a vivir juntos desde hace un tiempito atrás.. Soy afortunada por tenerte en mi vida, y afortunada de poder criar junto a nuestro bebito amado Santino..-volteé para mirar a nuestro hijo que se acercó corriendo para abrazar mis piernas- te amo Peter..-le puse el anillo y ambos nos sonreímos chocando nuestras frentes.
Nos besamos y lo abracé por el cuello, rocé mi nariz con la suya mientras todos los presentes nos aplaudían y gritaban con alegría.
Peter se agachó y yo también lo hice, de ambos lados besamos la cara de nuestro hijo que se fastidio un poco, eso nos hizo reírnos, mi ahora esposo cargó a Santino en sus hombros y juntos pasamos por la pasarrla en la que nos tiraron papeles llenos de colores.
Santino quedó a cuidado de mis papá y Peter corrió hasta donde estaba yo para cargarme entre sus brazos, terminamos ambos metidos en el mar, nos reímos divertidos y alegres por estar por fin viviendo y celebrando la continuación de nuestra loca historia, una que empezó sin querer queriendo.

Sin querer queriendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora