Sin querer queriendo

Capítulo 28

Las redes sociales estaban ardiendo, pasé de ser la fanática más afortunada del mundo por trabajar con mi ídolo de toda la vida, a transformarme en la persona más envidiada, Peter Lanzani no solía tratar a las mujeres así, siempre se hacía el desentendido cuando le inventaban un romance, pero en lugar de negarlo todo terminó asumiendo que sí nos estábamos conociendo, eligió protegerme y respetarme, eso puso mi universo de cabeza.
-Así que sos la nueva enamorada de Lanzani..-mamá elevó sus cejas mirándome, metí mis manos nuevamente en la arcilla para seguir trabajando en una escultura.
-¿Qué opina papá de todo esto?-me entró la duda- no lo veo hace bastante.. ¿cuando vuelve del interior? Se la pasa viajando por trabajo, a veces siento que ni se acuerda de que tiene una hija en Buenos Aires
-Ey, tu papá lo hace para darle a esta familia lo mejor-mamá soltó un suspiro- hablamos poco.. Solo está preocupado, tiene miedo de que esta burbuja de "felicidad" en la que estas metida se explote y te decepciones.. Desconfía de Peter Lanzani.. Y bueno, toda la vida te escuchó decir que es una persona libre que odia el compromiso..
-Peter es... Lo que me pasa con Peter es... Raro..-traté de buscar las palabras exactas- no se si existe un "nuestra historia" pero nuestra historia empezó por una casualidad y.. Fuimos construyéndola.. No creas que no tengo miedo de que todo de un giro y terminar decepcionándome pero.. En ves de eso cada día me sorprende más.. Y para bien-solté un suspiro y asentí con mi cabeza.
-Espero que no te equivoques mi amor-mamá me dio un abrazo cálido y besó mi mejilla.

Terminé de trabajar en mi taller y era de noche, terminé comprando pizza para comer en mi departamento, Peter llegó después de un día intenso a nivel entrenamiento y trámites, entrevistas, fotos para portadas de revistas y diarios, una seguidillas de cosas que lo solicitaron todo el día.
Comimos en el sillón después de dejar una película de fondo, no le estábamos prestando atención.
-Me gusta este lugar porque es cálido, a mi casa de Argentina le falta algo, como es momentánea no tengo fotos, cuadros que me gusten, nada que lo haga personal..-soltó un suspiro.
-Puedo hacerte un cuadro de lo que quieras..-elevé mis cejas mirándolo.
-¿Podes hacerme uno?-él me sonrió como un nene y asentí con la cabeza- inspirate y hace lo que se te ocurra, quiero sorprenderme
Besó mi frente y cerré mis ojos por instinto, me aferré a su cuerpo.
Me quedé dormida en el sillón, definitivamente no le presté nada de atención a la película.

Al despertar lo hice de manera perezosa, Peter achinó sus ojos y me miró así, besó pausadamente mi cara.
-Hora de mover el culo, ¡hoy juega Argentina!-se lo susurré sobre sus labios antes de besárselos-¡vamos!-me puse de pie.
Llegamos a la cancha, afuera de esta estaba lleno de periodistas de distintas partes del mundo, era todo un honor ser la sede de semejante suceso deportivo.
Peter tuvo que ir al vestuario para cambiarse y entrenar antes del partido, lo vi a lo lejos junto al equipo completo, todos tenían una energía admirable.
Inevitablemente me puse nerviosa, cada vez faltaba menos para ser campeones, y para que Peter se fuera de Argentina, decidí apartar ese pensamiento de mi cabeza por el momento.
Eugenia y Candela se acercaron para acomodarse a mi lado desde donde veríamos el partido, toda la cancha estaba lleno de gente.
-Hoy Argentina y España eh-Eugenia elevó sus cejas mirándonos- cada una con sus cábalas eh, si tienen que rezar, ¡rezan! A la Virgen, a Jesús, Buda o lo que sea
No pude evitar reírme ante sus ocurrencias.
Cuando el himno empezó a sonar me puse nuevamente emocional.
-Lloro por todo-me quejé, las chicas se rieron de mi.
-Las hormonas locas-Candela me dio un abrazo.
Acto seguido nos pusimos a mirar el partido cuando comenzó, tenía fe, nos tenía fe.
Todo estuvo bastante parejo, pero por suerte cuando el silbato sonó dando por terminado el partido habíamos ganado.
-¡Vamooo!-grité eufórica, con las chicas estábamos emocionadas, nos abrazamos.
Esperamos a que los chicos salgan del vestuario para abrazarlos.
-Lo estas haciendo bien Peter... Estas jugando muy bien..-lo felicité mientras una sonrisa se asomaba sobre mis labios.
Nos quedamos abrazándonos un rato largo.
-¿Celebramos?-elevé mis cejas mirándolo.
-¿Cómo?-él también las elevó.
-Como quieras...-le tendí mi brazo y él agarró mi mano con la suya.
Nos encaminamos al auto y cuando a penas me subí cerré mis ojos.

Sentí un cosquilleo en mi cara, era Peter que con un mechón de mi pelo me estaba haciendo cosquillas, me reí.
Ambos estábamos en su casa.
-¿Me dormí? Que vergüenza, te había prometido hacer algo...
-Si tu cuerpo necesita descansar vas a tener que escucharlo..-asintió con la cabeza mirándome a los ojos.
-Buen... Buen punto-solté un suspiro-¿que hora es?
-Son las siete de la tarde...-Peter siguió jugando con mi pelo- estuve pensando... Estuve pensando mientras dormía el que vamos a hacer.. No puedo venir a Argentina para quedarme.. No hasta para dentro de unos años.. Y no quiero que vos dejes tu lugar en el mundo por mi...
¿Acaso estaba pensando en que lo siga a todos lados como si fuéramos un matrimonio a todos lados?
-¿Queres que tenga el rol de una botinera?-me extrañé.
-No... Justamente, ¡no!-él soltó un suspiro- no quiero que renuncies a tus sueños por mi.. Pero estuve pensando muchas cosas y no se me cae ni una sola idea.. Espero iluminarme antes de poner un pie sobre el avión.. En todos mis planes no existe la posibilidad de dejarte sola, quedate tranquila con eso...
Noté algo nuevo en su manera de mirarme, noté un brillito en sus ojos.
-Yo... Ya veremos...-me asusté al notar eso, ¿y si todo estaba yendo demasiado rápido?-Peter tengo que hacer algo.. Algo de mi trabajo principal, el arte.. ¿Nos vemos mañana?
Él asintió con la cabeza y me dio un abrazo antes de que me pusiera de pie.
Me acompañó hasta la puerta y me besó, una vez en mi auto aceleré el motor y abandoné Nordelta lo más rápido que pude.
Caí sobre mi cama y miles de pensamientos otras vez invadían mi cabeza.
Entonces me atreví a llamarlo, a mi papá, ambos no éramos de hablar mucho.
-¿Mariana?-me llamó por mi nombre, siempre me llamaba por mi nombre-¿estas bien? Nunca.. Nunca me llamas...
-¿Cómo te diste cuenta que te enamoraste de mamá?-se lo pregunté, necesitaba escuchar a otra persona que me hable del amor.
-Yo.. Ella y yo no estamos muy bien últimamente..-me confirmo lo que hace bastante sospechaba- pero respondiendo a tu pregunta... Ella me hacía irradiar luz... En todos mis días me despertaba feliz de poder verla, siempre quería escucharla.. Poder compartir juntos... La vida al lado de ella era más fácil, juntos atravesamos cosas buenas y malas.. Pero juntos, como un equipo.. Y no hay nada más lindo que eso, saber que con la otra persona podes formar un equipo, ser familia..
Noté en la voz de mi papá un quiebre, se emocionó, todavía quería a mi mamá.
-Yo... Gracias pa-también me emocioné- sé que estás preocupado por mi.. Un pajarito me lo contó..-solté un suspiro- pero ya soy grande, tal vez no sepa donde me estoy metiendo.. Pero elijo confiar, tal vez Peter sea la persona con la cual pueda formar un equipo, no lo sé todavía.. Pero ahora, en el presente estoy siendo feliz...
-Y eso me alegra.. Solo quiero que seas feliz...-tomó aire y lo soltó- cada vez falta menos para que nos podamos volver a ver chiquita
-Gracias por escucharme pa..-lo saludé y corté la llamada, me puse de pie y encontré un portarretratos con una foto familiar, inevitablemente sonreí emocionada, tal vez, solo tal vez con Peter logremos formar un equipo, tal vez nos transformemos en familia.