Sin querer queriendo

Capítulo 23

Llegó el día del segundo partido de Argentina, el equipo de la selección iba a jugar contra Francia, yo por suerte recobré la misma energía de siempre.
Cuando estaba por darle el beso de la suerte a Peter se apareció Benjamín, junto con Peter se miraron a los ojos desafiándose mutuamente, mi novio terminó agarrándome de la cintura.
-Un gusto.. No nos conocimos personalmente..-Benjamín estiró su brazo y terminó dándole la mano a Peter, sí, como se saludaban las personas del siglo pasado,
Inevitablemente me sentí incómoda.
-Podes ir a sentarte y te alcanzo..-cambié de tema.
-No te tardes..-acto seguido Benjamín posó toda su atención en mi, me dio un beso algo largo, saludó a Peter con la mano mientras se alejaba.
Nerviosa me apoyé contra la pared.
-Estoy volviéndome loca, toda la situaciones que últimamente vivo están volviéndome loca-me quejé, cuando abrí mis ojos recién ahí me di cuenta de que había dicho todo eso en frente de Peter, mierda.
-Respira y soltá el aire..  Ya va a haber tiempo para que pienses que hacer con tu vida..-me acarició la cara.
-No sé porque terminamos hablando de mi crisis, no pienses en eso, ahora tenes que jugar.. Vamos a ganar.. Vas a ganar..-lo miré a los ojos cambiando de tema.
Acto seguido le di un abrazo fuerte, necesario.
Una sonrisa chiquita se asomó sobre sus labios y besó dulcemente mi mejilla.
Cuando se fue de mi vista solté un suspiro, caminé para terminar volviendo donde estaba mi novio esperando para que empiece el partido, cuando sonó el himno me sentí algo aliviada, el partido iba a empezar, eso iba a significar algo, iba a poder distraerme por un rato.

Argentina finalmente ganó, era el segundo triunfo, un paso más para conseguir la victoria, todos los hinchas gritaron eufóricos cuando el árbitro tocó el silbato, el partido terminó y no pude evitar gritar de la alegría.
Me alejé de mi novio y fui inmediatamente al vestuario de los chicos antes de que se bañen y cambien, los saludé uno por uno, cuando me vio Peter me sonrió, nos abrazamos.
-Tengo que irme ahora...-nunca me lamenté tanto algo, besé su mejilla antes de salir por la puerta.
Una vez en el auto Benjamín manejó hasta su departamento, iba a quedarme junto a él.
-¿Hacemos noche de picadas, pochoclos y películas? Extraño los planes que solíamos hacer antes..-elevó sus cejas y terminé asintiendo con la cabeza-genial-me sonrió- salgo a comprar cosas para la picada, vos hace lo que quieras
-Genial-repetí la misma palabra y suspiré aliviada cuando me quedé sola.
Me preparé un té porque empecé a sentirme mal, cuando me senté en el sillón se me cayó la taza al piso porque salí corriendo al baño, nauseas, otra vez nauseas.
Pasó un tiempo bastante largo, cuando salí de ahí me agache para limpiar las partes rotas de la taza y también limpié el té.
Caminando llegué a la cama y me tumbé mareada.
-¡Llegué!-Benjamín entró entusiasmado.
-No me siento nada bien.. Necesito dormir..-hablé en voz baja, él tomó aire y soltó un suspiro.
-Yo le estoy poniendo onda a nuestra relación y siento que vos no-perdió un poco la paciencia.
-Me siento mal, solo quiero dormir Benja, ¿es tan difícil de entender eso? Sabes.. Mejor me voy a mi departamento..-yo también perdí la paciencia, estaba fastidiada.
Agarré mi cartera y me metí en mi auto, aceleré el motor, por el espejo de atrás lo vi a Benjamín que había salido del edificio para buscarme.
Mi teléfono celular sonó varias veces, lo apagué.
Sin sacarme la ropa me tumbé en el sillón y me quedé así, sin hacer nada.
Encendí mi teléfono nuevamente y vi las llamadas perdidas de mi novio, me dio igual, en lugar de llamarlo a él terminé llamando a Peter.
-Hola, ¿estas ocupado ahora?-le pregunté antes de comprometerlo con el plan más aburrido del mundo.
-Estoy en mi casa, descansando un poco-soltó un suspiro-¿pasa algo?
-Solo me siento algo mal.. Y no sé porque pensé en si podías hacerme algo de compañía..
-¿No te fuiste con tu novio?
-Él.. Estoy cansada de él, a veces me agota..-también solté un suspiro-¿queres venir?
-Yendo-él me lo respondió rápidamente.
Corté la llamada y antes de recibirlo a Peter me di una ducha caliente, me lavé bien la cara y después sequé mi pelo hasta que el timbre sonó.
-Hola-me saludó cuando le abrí la puerta y me dio un abrazo- fui tan buen enfermero la vez pasada que volviste a solicitar mis servicios-elevó sus cejas mirándome y me hizo sonreír.
-Pensé en que sobrellevar un mal momento con una persona que me divierte y es.. Cálido..-dudé en decir eso- hace todo más llevadero..
Peter se acercó y nos quedamos enfrentados, me rodeó con sus brazos y besó mi frente.
-No tenes temperatura..-se apartó- hoy cenas sopa de calabaza, es otra de las pocas cosas que sé hacer
-Sopa en verano..-me horroricé.
-¿Seguís medio asqueada como la vez pasada?
Asentí con la cabeza.
-Entonces hoy cenas sopa..-besó mi mejilla.
Al rato lo vi a Peter Lanzani cortar una calabaza para llevarla al horno, después puso caldo, la calabaza asada y la procesó, llevó toda la preparación a la hornalla.
-Listo-Peter asintió con la cabeza-vení-me hizo señas y me acerqué, me dio para probar.
-Nada mal..-me sorprendí, elevé mis cejas-¿sabes hacer algo más? No dice en las revistas que sabes cocinar..
-Que se defenderme-se rió y me hizo sonreír- vamos a comer
Ambos nos sentamos en la mesa y nos pusimos a comer la sopa, hablamos de cosas de la vida, olvidamos que hoy se había jugado un partido, las conversaciones con Peter fluían.
Recordé las cosas que me dijo Candela cuando le pregunté como se dio cuenta de que estaba enamorada de Andrés y al reconocer algo de eso sentí una especie de cosquilleo en mi interior, ¿podía estar pasándome algo de eso?
Terminamos mirando una película vieja en un canal de televisión, de repente sentí mucho cansancio.
Peter me cargó en sus brazos y me llevó a mi habitación, me desvistió para ponerme un camión.
-Es mi camisón sexy este-me reí- pero hoy no vamos a tener sexo, muero de sueño..
-Lo sé..-él me hizo una caricia en la frente-¿puedo dormir al lado tuyo?
Su pregunta me sorprendió, terminé asintiendo con la cabeza.
Se sacó su remera y su pantalón, se quedó en boxers para terminar recostándose a mi lado, me abrazó y mis ojos se fueron cerrando lentamente, me sentía bien, feliz, relajada, cuidada.

Despertar fue lindo, sentí besos por toda mi cara, cuando abrí mis ojos lo primero que vi fueron los ojos verdes de Peter, su lunar, su pequeña sonrisa.
-¿Te sentís mejor?-acto seguido se preocupó.
Asentí con la cabeza, él estiró mis brazos sosteniéndolos con su mano.
-¿Qué tenes en mente Lanzani?-elevé mis cejas claramente coqueteando con él, sabía hacia donde iba todo.
No lo dejé responder que lo besé ansiosa, lo abracé por el cuello y él fue levantando mi camisón para sacármelo definitivamente.
Terminamos ambos desnudos, jugando a seguir descubriéndonos, nunca uno termina de conocer al otro del todo, por eso es divertido, placentero, mágico.
La palabra correcta es mágico.
Cuando esa palabra se vino a mi cabeza "abrí los ojos" dándome cuenta de que estaba en camino de estar muy jodida.
Juan Pedro se quedó acariciando mi espalda y escondió su cara en mi cuello, todavía me quedé escuchando su respiración acelerada, sí, estaba jodida.
Quise escaparme de sus brazos para comenzar el día.
-Tenes entrenamiento-quise cambiar de tema, Peter elevó sus cejas.
-Solo estas queriendo escaparte de mi porque este momento en el que uno se queda compartiendo la cama con el otro es algo demasiado íntimo, ¿no?
Terminó acorralándome, él tenía razón, quería escaparme por ese motivo exacto.