Shaun
En vez de prestar atención al musical que estaban interpretando en el teatro, estaba más concentrado en la forma en que Kyle lagrimeaba a causa de la emoción.
—No es una tragedia —le recordé.
—Lo sé, pero la voz de la mujer es maravillosa.
El personaje principal era representado por una mujer de baja estatura, cabello castaño, con unos kilos de más y que tenía una voz espectacular. No había forma de negar que su talento era espectacular. Aun así, Kyle siempre intentaba verle lo bueno a todo, lo que no era común en los artistas.
La gente del mundo artístico éramos demasiado critica con los demás y nosotros mismos. Siempre intentábamos buscar la perfección cuando esta era tan subjetiva que... bueno, nunca la encontraríamos y lo sabíamos.
—Escucha ese vibrato... ese control y proyección... —otra lagrima se deslizó por su mejilla—. Es una de las mejores voces que he oído fuera de Brodway.
Kyle, como la mayoría de los artistas, tenía una sensibilidad especial, por lo que no era la primera vez que lo veía en una situación como esa. De hecho, cada vez que oía una canción del musical Cats o de Wicked sus ojos se aguaban por la emoción, sin importar el momento.
Luego de que el musical terminara, ya era hora de cenar, por lo que decidimos ir a uno de los restaurantes del crucero. Normalmente había un restaurante principal, unos bufés y cafetería.
—¿Qué tal si comemos en un bufé? —preguntó Kyle—. Odio los platillos pequeños.
—Estoy de acuerdo.
Fuimos en dirección a uno de los bufés, el cual tenía paredes de color rojo vino y estaba iluminado por unas tenues luces amarillas provenientes de unos candelabros de lágrimas, lo que lo hacía ver bastante elegante y cálido. Apenas entramos, fuimos por unas bandejas y platos para poder llenarlos de la comida que nos gustaba.
—Deberíamos ir al casino más tarde —dijo Kyle cuando nos sentamos—. Tengo mucho dinero para gastar.
—No deberías decir eso en voz alta.
—Oye, ninguna rata ladrona podría subir a un crucero como este —se excusó—. Un maldito pasaje cuesta como dos años de sueldo de alguien de clase media y que decir de clase baja...
—Los ricos también roban —le dije—. Pero tienen poder y dinero para cubrirlo.
—Roban de otra manera. No van a forzar mi puerta y robarme la chequera o las tarjetas.
Yo también lo dudaba. La gente ahí toda era demasiado elegante y quisquillosa, dudaba que siquiera supieran forzar una puerta y el personal no arriesgaría su trabajo sólo por ganar dinero de mala manera; pero aun así me sentía incomodo al hablar de la cantidad de dinero que teníamos.
Luego de comer, fuimos al casino, donde estuvimos apostando y bebiendo algunos tragos por varias horas.
Mientras apostábamos, pude ver que Ariana andaba por ahí con su cámara, a la vez que apostaba en algunos juegos de vez en cuando.
Yo sabía que los fotógrafos no ganaban demasiado, ni podían tener mucha libertad para las fotos. Las cosas que les pedían eran concretas: buenas fotos que dejaran ver lo increíble del crucero y destinos. Aún con eso, eran de los que tenían más libertades en cuanto a horario, por lo que podían hacer actividades en el barco y descansar sin problemas.
Cuando dieron las doce, decidí ir a mi cuarto para intentar dibujar algún boceto, dejando a Kyle aun apostando.
Kyle se quedó sin problemas, pues él solía ser una persona nocturna. Debido a su trabajo, solía tocar en clubes nocturnos o fiestas y no tenía una razón para levantarse tan temprano, ya que, su horario de trabajo era más flexible que el de otros.
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¡Vamos a un Crucero!
RomanceLisa es chef en un restaurante cinco estrellas y, junto con su mejor amiga Elsa, quieren ampliar sus horizontes trabajando en un crucero de lujo. A sus planes se une su compañera de departamento, Amanda, a quien recientemente le rompieron el corazón...