Shaun
Y yo que esperaba que corriera espantada porque un artista loco la estaba dibujando en su libreta sin su permiso.
Los labios de Lisa sabían a fresas, quizás porque había cenado algo dulce antes, y se sentían muy esponjosos debido a que eran medianamente gruesos.
Suponía que, si con un toque de manos había logrado tener la inspiración suficiente para un dibujo, con ese beso podría hacer cuarenta más.
Luego de varios segundos, Lisa se separó de mí y me miró directamente con sus bonitos ojos de tonalidades azules.
—¿Por qué los dibujos? Creí que me detestabas.
—Yo también —admití—, pero por alguna razón, después de que nos tomáramos de la mano, mi inspiración surgió... después de casi cinco años.
Una sonrisa picarona se formó en el rostro de Lisa.
—¿Entonces te inspira que te toque?
No pude evitar soltar una pequeña risa.
—Si lo dices así suena...
No me dejó terminar cuando se acercó a mi cuello y comenzó a dejar besos.
Tenía dos opciones: detener eso y dejar todo como estaba o seguirle el juego y conseguir más inspiración aún.
«Sería un crimen no pensar en mi carrera artística».
Acepté mi destino resignado y dejé a Lisa sobre la cama con delicadeza para ponerme con cuidado sobre ella y comenzar a repartir besos por su cuello a la vez que desabrochaba su uniforme.
Cuando abrí su uniforme, comencé a repartir besos más abajo, hasta llegar a sus pechos. Ella se quitó la prenda superior por completo y yo le quité el sujetador para así poder succionar uno de sus pezones, mientras masajeaba su otro pecho con mi mano.
Lisa soltaba pequeños gemidos y suspiros que provocaron que la incomodidad en mis pantalones se hiciera cada vez más grande.
Me bajé de la cama y me comencé a quitar la ropa, a la vez que Lisa se quitaba lo que le quedaba.
Lisa se puso de pie también e hizo que me sentara en el borde de la cama, cuando ya estaba sin anda de ropa, para agacharse frente a mí, tomar mi pene y meterlo a su boca.
Eso me había tomado por sorpresa.
Yo no pensaba que Lisa fuera una inocente palomilla más pura que el agua bendita, pero era aún más atrevida de lo que ya me había dado cuenta de que era.
Apoyé mis manos en la cama y tiré la cabeza hacia atrás, apretando los labios.
De pronto, Lisa quitó mi miembro de su boca, sin dejar de masajearlo con su mano derecha.
—¿Te gusta como lo hago? Porque realmente he perdido práctica en estos años y...
Yo sólo la tomé del cabello y empujé su cabeza para que volviera a lo que estaba antes de comenzar a hablar. Diez segundos después, volvió a separarse.
—Tomaré eso como un sí.
—Claro que es un sí.
Lisa sonrió y volvió a lo que estaba.
Luego de unos minutos, hice que se pusiera de pie y la empujé a la cama con cuidado nuevamente. Le di un pequeño beso en los labios para agacharme frente a ella, meterme entre sus piernas y comenzar a besar su zona íntima.
Lisa puso sus manos sobre mi cabeza y comenzó a jalar mi cabello a la vez que gemía cada vez más fuerte.
—Así... sigue así —pidió Lisa, casi como un suspiro.
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¡Vamos a un Crucero!
RomanceLisa es chef en un restaurante cinco estrellas y, junto con su mejor amiga Elsa, quieren ampliar sus horizontes trabajando en un crucero de lujo. A sus planes se une su compañera de departamento, Amanda, a quien recientemente le rompieron el corazón...