Kyle
¿Por qué Amanda tenía que trabajar? Si hubiera estado ahí como turista podría haber estado escuchándola hablar y cantar, aunque no me molestaba verla a lo lejos.
Durante casi tres días me había paseado por el barco buscando en donde se encontraba trabajando Amanda, aunque ella estaba tan concentrada en hacer las cosas bien que ni siquiera lo había notado. Había veces que ni siquiera me había visto y las que sí, se había limitado a darme una de sus encantadoras sonrisas.
En ese momento estaba almorzando con Shaun, pero él seguía molesto por una discusión que había tenido con su padre, por lo que, aunque le intentaba sacar alguna conversación, él evitaba alargarla.
Ya que, Shaun no estaba muy animado y Amanda estaba trabajando justo ahí, mi mirada y cabeza estaban puestos en ella.
Sus labios rosados se veían tan suaves como la seda, su nariz pequeña y respingada era igual a la de una muñeca, sus manos se veían delicadas con los pétalos de una flor...
—Shaun, creo que estoy enamorado...
Shaun enarcó una ceja o eso pude ver de reojo, pues mi mirada seguía puesta en Amanda.
—Déjame adivinar, ¿es pelirroja y se llama Amanda?
Lo miré sorprendido.
—¿Cómo supiste?
—Porque te conozco casi tan bien como a mí —respondió—. Llevas días persiguiéndola y tus ojos brillan al verla.
—Eso no es... —lo pensé un momento—. Lo de los ojos no lo sé, no puedo verlos.
—Pues no te estoy mintiendo —me aseguró.
—¿Crees que debería hablarle?
Shaun tomó mi cara y me obligó a mirarlo.
—Kyle, tú ya le hablas, la pregunta aquí es si realmente esto es otro enamoramiento de adolescente o es uno real. Tienes que dejar de ser tan cambiante e intenso o las mujeres te odiarán o correrán de ti —me dijo.
—¿Me vas a soltar?
Shaun me soltó y sobé mis mejillas con el ceño fruncido.
Aunque había sido algo brusco, Shaun tenía razón. Ya había mujeres que me odiaban porque les había dicho que eran el amor de mi vida y las había dejado dos meses después y otras que al decirles que quería que fueran mis futuras esposas, habían huido despavoridas.
—¿Y cómo sabré si realmente es amor?
—Primero, no es amor.
—¿Por qué no?
—La conoces hace como dos semanas, no puedes amarla —dijo con obviedad—. Lo que sí puede ser, es un interés real que algún día se podría transformar en amor.
—¿Y cómo sabré eso?
—Ve con calma —me aconsejó—. La razón por la que te aburres de las chicas rápido es porque no te tomas el tiempo de conocerlas bien, con sus virtudes y defectos. Si conoces bien a Amanda y te das cuenta de que te gusta aún con sus defectos más terribles, entonces es algo serio.
Yo me quedé pensado un momento. Lo que decía Shaun tenía sentido.
Si llegaba a suceder que Amanda sintiera algo por mí y saliéramos y luego me diera cuenta de que no me gustaba tanto, la terminaría lastimando, y una mujer tan tierna y dulce como ella no merecía ser lastimada.
—Haré eso —aseguré—. Aún quedan cien días de crucero más o menos, por lo que podré conocerla mucho mejor.
—Así es.
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¡Vamos a un Crucero!
RomanceLisa es chef en un restaurante cinco estrellas y, junto con su mejor amiga Elsa, quieren ampliar sus horizontes trabajando en un crucero de lujo. A sus planes se une su compañera de departamento, Amanda, a quien recientemente le rompieron el corazón...