Capítulo 33: Trampa

668 56 3
                                    

Lisa

Durante casi un mes, Shaun y yo habíamos estado teniendo citas dentro del barco y una en una de las paradas que hizo el crucero en Sídney.

En Sídney también habían bajado Amanda y Ariana, quienes salieron con Kyle, mientras Shaun y yo salimos juntos. Habíamos tenido un buen almuerzo y una muy linda cena, además de haber visto las cosas importantes y llamativas de la ciudad.

Después de ese día, Shaun me había entregado otro dibujo de mí y, por alguna razón, yo sentía que cada vez eran más preciosos, incluso me había quedado dormida abrazando uno un día.

Aun cuando llevábamos varios días saliendo, intentábamos ser lo más discretos posibles, pues yo seguía trabajando ahí y, de todas maneras, no solía tener mucho tiempo. Casi siempre que nos veíamos era en la noche, después de las once.

Además de mi asunto con Shaun, había estado intentado investigar, junto a Elsa y Amanda, sobre los dos garzones sospechosos.

Había sido muy difícil conseguir algo, pues de alguna manera, ellos parecían sospechar algo de todas nosotras.

Evitaban hablar con Amanda a toda costa, aunque eso era entendible, ellas los había visto en una situación extraña, pero de alguna manera había notado que Elsa y yo también los teníamos en la mira.

La única teoría que tenía para sus sospechas era que hubieran notado que Amanda era nuestra amiga y, por lo tanto, nos hubiera comentado algo.

Por consecuencia de lo anterior, no habíamos podido descubrir ni siquiera la parada en la que se bajaban, pero había supuesto que sería en la última, Barcelona, pues llevaban ya mucho tiempo y quedaban muy pocos destinos.

Para ese día ya llevábamos cuatro días navegando sin parar y a la mañana siguiente el crucero se detendría en Aqaba, una ciudad portuaria de Jordania, con un clima árido y playas populares para hacer deportes acuáticos.

En ese momento, estaba yendo al casino, pues Shaun y Kyle estaban jugando y nos habían pedido a Amanda y a mí que los acompañáramos.

Elsa se había quedado en su cuarto porque estaba bastante agotada. Habíamos trabajado todo el día y, aunque yo también estaba cansada, quería disfrutar lo que más podía los últimos momentos en el barco.

Yo no jugué mucho, pues nunca había sido muy fan de los juegos de azar, pero había apostado un poco en la ruleta y en el craps.

Cuando eran las doce, Elsa me escribió preguntando si aun estábamos jugando. Tal parecía que se había animado y quería divertirse un rato.

Le escribí a Elsa que fuera con nosotros y entonces, me quedé esperándola en la puerta.

Los minutos pasaron y Elsa no aparecía, lo que me comenzó a preocupar un poco. Comencé a mandarle mensajes, pero no estaba respondiendo y cuando estaba por ir a buscarla, respondió:

"Los tipos entraron a la habitación".

Sin pensarlo demasiado, fui por los otros tres y, con un poco de presión e insistencia, logré que me hicieran caso y me siguieran.

—Te dije que no hay nada que puedan robar —me dijo Shaun, mientras caminábamos rápidamente por los pasillos.

—Da igual, no puedes dejar que dos personas entren a tu habitación así y la revisen —debatí.

Cuando dimos la vuelta en el pasillo, Elsa estaba junto a la puerta, esperándonos con su celular en la mano.

—Los grabé —informó—. Los encontré subiendo las escaleras con una mochila y bueno, grabé cuando entraron.

¡Vamos a un Crucero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora