Lisa
Durante cuatro días no habíamos visto mucho a Shaun y Kyle, ya que, el crucero había hecho una parada por día durante cuatro días. Por fin en ese momento volvería a navegar sin parar hasta dos días más.
En cuanto a los dos garzones que estaban intentado entrar al cuarto de Shaun, lo único que Amanda había podido descubrir fue que se llamaban Robert y Andrew, pero eso no aportaba mucho a la investigación.
Elsa había ido a revisar las cámaras de nuevo un día y, la que apuntaba al pasillo de la habitación de Shaun, había vuelto a funcionar después de que el servicio técnico la arreglara, pero nada había podido captar en ese tiempo.
Debido a que Amanda los había visto alguna vez en una acción sospechosa y ellos la habían visto, habíamos quedado en que ella no podría acercárseles, por eso, ese día, el cual lo tenía libre, yo me intentaría acercar.
Nuestro plan era descubrir en qué parada ellos se bajaban, pues muchas personas de la tripulación iban rotando. Algunos viejos integrantes bajaban y estos eran reemplazados por unos nuevos.
Había notado que uno de ellos estaba trabajando en la cubierta, por lo que caminé cerca de él y fingí tropezarme, chocando con él.
—Lo siento mucho —me disculpé, recogiendo la bandeja que había caído al suelo.
—No, no te preocu... —se detuvo por un momento—. No te preocupes —terminó por decir, con un tono un tanto pesado.
—Soy Lisa —me presenté, estrechando mi mano.
Él apretó mi mano, pero no pareció muy agradado.
—Yo soy Robert y si me disculpas, tengo trabajo que hacer —tomó su bandeja y se alejó de mí.
Por alguna razón, me pareció que algo sospechaba de mí, pero ¿cómo podía hacerlo si no me había visto jamás?
Eso me dejó un tanto desconcertada.
Me di cuenta de que no podría sacarle ninguna clase de información si parecía desconfiar de mí, por lo que fui desanimada en dirección a mi cuarto.
Cuando iba pasando por un pasillo, me topé con Shaun.
—Lisa —me llamó al verme—. T-te estaba buscando.
—¿A mí?
Me reprendí mentalmente después de hacer esa pregunta. Claro que me estaba buscando a mí, lo acaba de decir, ¿a acaso se me pudrían las neuronas cerca de él?
No sabía que me pasaba en ese último tiempo, pero supuse que después de que Shaun me revelara que yo era su inspiración, mi forma de verlo se había distorsionado un poco y había empeorado después de que me diera uno de sus dibujos. Ya no lo veía como un idiota egocéntrico y amargado, lo veía como un gran artista que además era un tanto atractivo.
—Sí a ti... —confirmó—. Quería saber si tú... si tú más tarde querías hacer algo...
—¿Algo como qué?
—No sé... ¿recuerdas el parque?
—Claro.
No podría olvidarlo, era bastante grande y estaba en medio del barco.
—Quizás podíamos pasear un rato, más tarde.
—¿Nosotros?
Ahí estaba, otra pregunta tonta, pero en mi defensa, estaba nerviosa.
—Sí, nosotros.
—Claro, me encantaría...
—Bueno, ¿nos vemos en la entrada a las nueve?
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¡Vamos a un Crucero!
RomanceLisa es chef en un restaurante cinco estrellas y, junto con su mejor amiga Elsa, quieren ampliar sus horizontes trabajando en un crucero de lujo. A sus planes se une su compañera de departamento, Amanda, a quien recientemente le rompieron el corazón...