Shaun
Nada. No tenía nada.
Estaba frustrado, molesto, furioso y un sinfín de emociones negativas, las cuales no podían describir del todo lo mal que me sentía.
¿Cómo me podía llamar a mí mismo un artista? ¿Cómo si no podía hacer un simple dibujo de lo que fuera?
Ya ni las flores, ni las plantas, ni el mar, ni la brisa me daban la suficiente inspiración que necesitaba para crear una nueva obra, por más simple que fuera.
¿Había perdido el toque? ¿Ya había olvidado cómo crear una obra?
Tal parecía que estaba teniendo una crisis de identidad, pues comenzaba a dudar de todos los aspectos de mi vida como el haber estudiado arte y el que me gustaran más los gatos que los perros.
Asustado, lancé mi libreta y lápiz a un lugar de la habitación y me levanté de la cama para ir corriendo a tocar la puerta de la habitación de Kyle.
—¡Kyle! ¡Abre la puerta o me muero!
Kyle no tardó en abrir la puerta y me miró aterrado.
—¿Qué pasa, amigo?
Entré a la habitación, haciendo a un lado a mi amigo y comencé a pasearme de un lado al otro sin parar.
—Mi papá tenía razón, no soy un artista, ¡soy un fracasado!
Kyle se me acercó.
—No eres un...
Lo tomé por hombros y comencé a sacudirlo.
—¡Soy un pobre diablo que no pude hacer un simple boceto cuando está en un barco lleno de maravillas que haría que hasta el más insensible de los seres humanos se inspirara!
—Que profundo.
—¡¿Qué importa?! ¡No soy escritor! ¡Soy pintor y escultor! —grité, volviendo a sacudirlo.
Kyle iba a hablar nuevamente, pero entonces la puerta del baño salió y la chica pelirroja que era amiga de Lisa y Elsa salió de ahí.
Ella se quedó congelada y yo miré a Kyle con los ojos entrecerrados.
—¿Es en serio, Kyle?
—No es lo que parece.
—¿No?
—No, es que un tipo le tiró piña colada encima y a mí me dijo "maldito negro" y entonces seguridad se lo llevó y...
—Detente —le pedí—. ¿Qué tiene que ver eso con que ella esté en tu baño?
—Te estoy dando el contexto —explicó—. ¿Me dejas terminar?
—Bien —accedí.
—Entonces yo le ofrecí ayuda y le preste mi baño.
Mi mirada pasó a la pelirroja, quien asintió frenéticamente.
Volví a mirar a Kyle y me crucé de brazos.
—¿Te dijo "maldito negro"? —Kyle asintió—. ¿Y qué le harán?
Se encogió de hombros.
—No soy dueño del barco.
—Pues espero que al menos lo saquen de aquí en la próxima parada.
Odiaba cuando alguna persona insultaba a Kyle. Claramente estaba en contra de la violencia y el racismo, pero no era solo eso, era que Kyle era demasiado bueno y respetuosos como para tener que aguantar que alguien lo atacara.
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¡Vamos a un Crucero!
RomanceLisa es chef en un restaurante cinco estrellas y, junto con su mejor amiga Elsa, quieren ampliar sus horizontes trabajando en un crucero de lujo. A sus planes se une su compañera de departamento, Amanda, a quien recientemente le rompieron el corazón...