C.№ 16 ¿La Zapatilla?

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Capitulo 16
¿La zapatilla?
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¡Serena!

—¡Señora esperé!

Oí los pasos apresurados bajar por las escaleras.

—¿Que sucede? —Aparecí con aquel pantalón casi cayéndose de mi cintura pero por fortuna logré sostenerlo además la pequeña caja de cartón que aún sostenía mis manos disimulaba un poco mis trabajos.

Metalia junto con Lita bajaron, la bruja mayor empezado a inspeccionar todo el sótano, lancé una mirada rápida a Lita y Ambas Asentimos para tranquilizarnos y dar atender que todo está bien.

—¿Que tal tu cena? —Le pregunté tratando de detener sus pasos, ya que me daba angustia que fuera ver al rincón del sótano donde estaba el vestido—. Llegaste temprano

Metalia se detuvo, pasando sus dos manos en su cintura para seguir observándo todo a su alrededor.

—Sigue estando igual de asqueroso —Menciono—. Ni tú esfuerzo

Fruncí los labios.

—Se hace lo que se puede —Murmure

El resonar de sus tacones me hizo levantar la mirada para encontrarme cara a cara.

—Espero y todas las habitaciones estén limpias tal y como te ordene, Mañana regresa tu padre y será un problema decirle que su hija se portó muy mal...

Aquellos lindas sensación que sentí en la fiesta se fueron directamente a la basura solo con escuchar las palabras de esa bruja, ella podía convertir la alegría en coraje.
Apreté mis puños con fuerza.

—Claro, porque mi padre prefiere creer en ti y no en mí —Masculle

—Chica lista

—¿Hasta que punto Metalia?, ¿Por qué te interesa chantajear a mi padre? —Ataque—. Tu esposo era mucho mejor que mi padre, se supone que él murió debió dejarte herencia y...

La bofetada hizo eco en este lugar, Trate de enfrentarla pero ahora Tenía a Lita enfrente de mí protegiéndome.
Mi mejilla ardía por su bofetada, no era la primera vez que me da una.

—No la vuelva a tocar —Me defendió Lita—. No tiene el derecho a golpearla

—Soy su madre

—No, no lo es, más bien es su madrastra. No le da el derecho a nada —Continuo Lita—. Usted es una maldita bruja, una mal nacida, nadie la quiere

—¡Cállate maldita Entrometida! —Grito Metalia—. No eres nadie para decir nada y mucho menos en defenderme a esta inútil —Me señaló—, es mejor que mantengas tu boca cerrada sino quieres que de verdad te saque de mi casa

—Haga lo que quiera señora, usted no puede sacarme de este lugar en primer lugar porque usted no es dueña de esta casa, es Serena y diga lo que diga yo tengo fé que Pronto se le caerá su maldito teatro —Lita sonrió—. Y me reire de usted cuando eso pase

Metalia estaba tan furiosa, se podía ver en sus ojos además de sus puños apretados a su costado.
Quisiera tener la capacidad que tiene Lita para defenderse de esa manera, sin miedo y ser ruda, algo que yo muy poco manejó.
La mirada de Metalia paso a mí, su sonrisa de maldad se hizo presente.

—Estas condenada Querida

—Quien lo estará será usted —Respondio Lita—. Querida...

La bruja miró con odió a mi amiga antes de dar media vuelta y subir las escaleras.
Solté un suspiro pero también un gemido de dolor cuando los dedos de Lita rozaron mi mejilla.

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