ᴠᴇɪɴᴛɪᴜɴᴏ: aferrado

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Extrañaba esto. Extrañaba hacerte saber lo mucho que te quiero y pienso en ti.

No quiero sonar repetitivo, pero siempre me quedo sin palabras al saber que me quieres y nos tenemos.

Soy un tonto la mayor parte del tiempo, pero cuando estamos juntos me es imposible no serlo.

Ese rubor y ese labial te queda bien, pero después de que te bese no quedara ni un poco de ello, cariño.

¿Qué más puedo decir que no sepas? Si todo lo que siento puedes leerlo y verlo en mis ojos, en mis movimientos.

Porque te quiero cada día más, más y más.

—Zayn.

Volvíamos a esa rutina de sentarse juntos en el almuerzo, de los cuerpos de Liam y Zayn juntos sin explicación y sus manos rozándose en tiernos juegos sin palabras. No eran novios pero eran ese algo que tenía más valor para ellos de lo que podían llegar a pensar.

Eran eso especial.

Malik le daba de comer el puré de papa al castaño que no podía apartar la sonrisa que marcaba un hoyuelo en su mejilla izquierda. Estaba un poco avergonzado por el hecho de estar a la vista de sus compañeros, pero no podía decirle que "no" a esos ojos brillantes y de sonrisa deslumbrante.

Connor sólo se reía de sus mejillas rojas, incluso llegó a aplastarlas causando la risa de Eric.

El sentimiento de paz se instaló en el aire, y lo amó, amó cada momento en donde sólo hubo amor en el aire y los pensamientos dañinos lejos.

— Hey, bonito. —El susurro de Zayn le erizó los vellos y lo hizo encogerse en su asiento.

¿Y por qué de repente sentía esa revolución de mariposas en su interior? Era realmente molesta, quiero decir, lo amaba, pero sentía que en cualquier momento podría vomitar de lo lindas que eran.

—No hagas eso, Zayn —Habló bajito mientras hacía sus manos puñitos escondidos en el suéter. — Por favor.

Pero Malik no escuchó, lo estrelló en su pecho y comenzó a reír en su oído. Los ojos de Liam se rizaron y se restregó en ese olor a playa.

Ambos eran es refugio de corazones alterados y roces tiernos.

Eran chocolate y arena.

Para Zayn jamás habrá un omega que se pueda comparar con el que tenía pegado a su cuerpo, porque sabía, muy dentro de él que nadie podría amarlo, mirarlo y besarlo de la misma forma que Li lo hacía.

Porque no habría otro omega como él en este mundo.

Justamente el omega pensaba lo mismo, que nadie más que su alfa podría hacerlo sentir de esa forma. Y a veces se asustaba porque incluso al amor podía tenerle miedo.

—¿Jaqueline ha obtenido información sobre Natalia? —Liam se tensó, pero las caricias de Zayn en su espalda hizo que el sentimiento de malestar junto con todo se alejara.

—No le he preguntado, en cierta parte no me gustaría saber de ella. —Jugó con el borde del suéter volviendo el color rosado a sus mejillas. — A mi abuela tampoco le interesa que yo sepa.

Connor asintió, no supo que decir. Él sí quería saber sobre esa mujer, darle la cara y sacar la mayor información que pudiera.

Él no la odia, pero siente ese rencor por todo el daño que le causó a la persona más importante de su vida.

𝐀𝐋𝐅𝐀 𝐘 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora