ᴠᴇɪɴᴛɪᴛʀᴇ́s: daño

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Su cuerpo recargado en el barandal se podía ver a lo lejos, no prestaba total atención a lo que sus ojos veían, su cabeza estaba en otra dirección buscando una solución, pero más que nada tenía miedo de lo que les deparara. Lágrimas resbalando por sus mejillas, su lobo rasguñando sintiéndose igual de miserable. Porque no podían con el hecho de que su omega estuviera mal.

Porque todo les estaba pegando con más fuerza. Y tenía miedo de caer, de ser él ahora el que no pueda subir con ellos.

Parecía un juego, uno en donde al verlos en la cúspide de la montaña decidían tirarlos al vacío para comenzar de nuevo.

Hoy estaban a la mitad del camino, donde se aferraban a las rocas con miedo de caer.

¿Lo valía? ¿De verdad valía la pena sentirse así?

Tal vez ayer hubiera dicho que sí, que lo valía porque quería a Liam, pero hoy, donde su corazón dolía y su cabeza palpitaba de dolor no lo sabía. Y no es porque ya no lo amara, es porque el dolor quemaba.

Se sentía mal por dudar, pero comenzaba a sentirse asfixiado.

Y él no era medicina, no podía sanar el dolor de su pareja porque así no funcionaba. Pero eso no cambiaba que quería quedarse a pesar de que ardiera.

Jamás pensó que su vida fuera tomar otro rumbo con la llegada de aquel omega con olor azucarado. Jamás pensó que esto fuera a suceder. Tampoco creyó que sería fácil.

Pero la vida siempre toma caminos al azar y juega con ellos hasta darles su merecido final.

Aunque a veces se veía opaco y acabado.

Quería huir y con ello llevarse a Liam, o a quien fuera necesario, para no ver otra lágrima rodar por su mejilla.

Gritó, gritó con toda su fuerza mientras se aferraba al duro metal. Gritó cómo solía hacerlo siempre que iba ahí. Gritó porque sentía que era lo único que podría sanarlo. Y con ello lloró hasta sentirse vacío y tonto, lloró porque a pesar de que tenía algo, se sentía solo.

En momentos como estos le gustaría no existir y dejar consumirse por el sentimiento de soledad. Pero, después pensaba si sería lo correcto, si podría ver algo bueno en ello.

Y lo había, más cerca de lo que creía.

Porque siempre había otras alternativas aunque la primera fuera la más fácil.

Cerró sus ojos y su omega fue su principal recuerdo. Porque Liam le era todo; su primer amor, su primer beso, su primera caricia que expresaba otros sentimientos, su omega. Y porque sería todo aquello que faltaba.

Porque sentía que ambos eran esas almas gemelas dignas del amor del otro.

Y por eso Zayn se quedaría, más allá de su amor, incluso si no existiera ese lazo seguiría pensando en quedarse por más dudas que existieran.

Porque esas jamás acabarían, pero si quería ser feliz tendría que aprender a vivir con ellas.

— Vete.

Exaltado miró a su lado al hombre rubio que se disponía a fumar. Aquel lo miraba de reojo, parecía querer averiguar algo más que un simple rostro.

Y a él le pareció conocido, pero no mencionó nada ante eso.

—No lo estoy entendiendo, señor.

—Es fácil; que te vayas. —Soltó el humo por su nariz y le pasó el cigarro. Zayn lo miró con desagrado y negó. —Cobarde. — Lo regresó a sus labios y siguió: — Tienes problemas, puedo verlo, de seguro es por una omega en cual piensas que vale la cuando en realidad no; nunca valdrá la pena darlo todo para que al final no quede nada.

𝐀𝐋𝐅𝐀 𝐘 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora