Descongelar

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Mientras el tiempo pasa y pasa, te vuelves más clara y empiezas a irradiar luz como una estrella.
Querida mía, en tu ser hay mucho frío, dame tus manos, yo las calentaré con la calidez de las mías, después de eso te abrazaré con mi cuerpo cálido y quitaré el frío de tu rostro y pies.
Veo en tu ser una belleza inefable que me deja sin palabras, quiero contemplar tus ojos mirando el ocaso volviéndose una noche estrellada, quiero disipar las nubes que están sobre tu cabeza que hacen que empiece a nevar, quiero estar contigo cuando las lluvias de octubre empiecen hasta que terminen, en tus ojos maravillados veré la primavera floreciendo nuevamente después del diluvio.
En tus manos frías estará un desierto enorme que pronto con el calor de mis manos nuevamente volveré un oasis exhuberante.
Podré presenciar tus sueños, veré cuando vueles, procura no caerte querida mía, tienes la capacidad de poder volar hasta el sol sin miedo. Pero si crees que vas a caer será en mis brazos, yo te llevaré al lugar del que te caíste por perseguir el sol cuando no te quemaste.
Tus fríos pies se empezarán a descongelar cuando camines conmigo, no te caerás y no tendrás miedo si tropiezas con el camino, simplemente es la coincidencia, recorrerás distancias largas y verás con tus ojos nuevamente la belleza de la noche pintada con tus oscuros favoritos y los deseos vueltos estrellas.

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