Miradas no correspondidas

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Te vi, estabas irradiando luz como si fueses un astro. El sol con su calorcito en su puesta no se acerca ni de lejos a brillar como tú.
Pasaste por todo el lugar dejando parte de tu luz en el suelo, la arena y el viento se llevaron tu calor pero yo me quedé con el trazo de tiza que dejó caer tu radiante fulgor en el suelo.
Sonreías de oreja a oreja con esos dientes tan hermosos cerrando como cremallera y tus ojos que el cielo y el suelo miraban sin ver hacia atrás, solamente caminas de forma errante.
Esperé a ser la razón de que tu forma de caminar tan elegante parara, si me volteras a ver al menos una vez qué yo te diría si no puedo pasar de solamente mirar espectante tu camar tan hermoso.
El cielo suspira al verte y las nubes grises de la envidia se van a llorar a otro lado, el sol en tu frente se refleja y deja de brillar por la forma en la que tú luz empiezas a emanar.
Tu cabello parece flotar y tus pies ni el suelo pisan, como si volaras en un mundo de fantasía, haces que mi suspirar se vuelva una espera que mi ser por tu sonrisa ansía.
Agonizo por dentro por tu voz tan melodiosa y que mi piel acepta para erizarse cada que algo menciona.
Si mi vida fuera corta y mis labios toquen los tuyos con ternura, presumiría de tocar el cielo sin ir a él, presumiría de haber aprovechado de la mejor forma mi último aliento de vida y mi felicidad perpetua en mi cara de difunto se quedará grabada.

Literatura AbsurdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora