Dulces regalos

0 0 0
                                    

Compartí contigo mis tristezas y felicidades, conoces de mí tanto que si sintieras mis manos sabrías lo mucho que quiero darte de mí todas mis bondades
Aprendí que no puedo estar mal todo el tiempo, quejándome de mi poca fortuna, y a pesar de todo ese palabrerío que acomplejaba mi mente en ese momento, tú viste a través de todo eso que yo consideraba malo en mí, deja que te acompañe esta noche, sobre nuestras cabezas el cielo nocturno y la luna serán testigos.
Nunca me aburriré de escucharte, tu voz es tan suave y relajante que se desliza por mis oídos y llegan a mi cabeza, llenas de los queridos recuerdos mi mente cuando narras tus días y experiencias, es completamente satisfactorio decirte que te quiero cuando termina el día.
Cada noche me despido de ti esperando que al despertar, tus buenos días estén conmigo y no desaparezcan de mi mente, dejándome satisfecho yo empezaré mi día para adorarte y todo mi cariño darte.
Estoy tan feliz que cuando hablamos cada suspirar de preocupación o de relajación va para ti y mi mente no deja pasar un solo recuerdo creado contigo, es tan hermoso escucharte hablando que pareciera que tu voz será la melodía más hermosa que escucharé en mi día.
Después de pensarlo tantas veces y al intentar ver mi corazón de cerca, me doy cuenta que lo que siento por ti es más que un simple "te quiero"
Entonces ya tengo más razón para seguir estando

Literatura AbsurdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora