Entregando la corona.

Capitulo 8

T/n se cruzó de brazos recargándose en el muro y mirando con seriedad a los gemelos. Eran el par de personas más obstinadas que había conocido en su vida. Le recordaron a Jonathan. Tal vez no eran sus hijos biológicos, pero eran idénticos a él. El rubio los había educado bien. Aunque para ella eran dos niños en el cuerpo de unos chicos de 23 años.

—Les juro que si se lesionan, les daré otro golpe por idiotas...

Ethan sonrió.

—Vamos a estar bien T/n. Tranquila...

A Ethan y a Milie les había dado por probar el equipo de maniobras de los Gallagher, no sabía como funcionaba y no le interesaba, pero al parecer a los chicos si. Eran extremadamente curiosos.

Miró a Katherine que se acercaba de más a Aidan, ¿Eran novios? O ella estaba de rogona, después de todo, no se notaba que el chico de ojos verdes le prestara la mínima atención que ella pedía. T/n giró los ojos, eso era lo que menos le importaba, había conseguido lo que quería, ahora solamente tenía que cuidar de los críos de sus hermanos.

—No pareces estar disfrutando esto.

Miró al rubio. Le dio poca importancia.

—No vine a este lugar a divertirme, vine a cuidar de ellos.

Aidan los miró mientras fruncía el entrecejo, si T/n le dejaba el ojo morado a su primo le daría mucha risa, por que no le agradaba en lo más mínimo que Apolo estuviera con ella.

—Deberías intentarlo.

T/n lo miró de reojo. Le molestaba la presencia del rubio por alguna razón que ella desconocía. Odiaba que le quisiera hacer conversación.

—¿No tienes a alguien a quien molestar peliteñido?

Esa situación comenzaba a exasperarla, no quería saber nada de nadie, por que por eso la habían dejado en aquel lugar, para encender sus emociones, no para recuperar sus recuerdos, de todas maneras, T/n seguía sin poder entender por que el rubio le hacía platica.

Apolo sintió una descarga de adrenalina en aquel momento, T/n no sintió más que aburrimiento por la situación en la que se encontraba.

—No soy peliteñido...

T/n le sonrió demostrándole que le daba igual.

—¿Qué te hace creer que puedes hablarme?

—Me agradas... —se encogió de hombros

T/n siseó algo en latín que, evidentemente él no pudo comprender, e incluso esta trato de no abrir la boca para ofenderlo. Por que cada vez que lo hacia, se burlaba de los demás, se quejaba todo el tiempo o hacia comentarios groseros.

—Fuimos buenos amigos —mencionó Apolo.

Ella giró los ojos con un suspiro teatral, ¿Si le seguía la corriente él se iría? No, la respuesta era no, sería todo lo contrario y tenerlo pegado era lo que no quería.

—No me interesa saber absolutamente nada de ti ¿Vale? Me importa una mierda lo que pase contigo o los tuyos. Esfúmate de mi vista, deja de joder, no eres mas que un lastre, si vienes a tratar de entablar algún lazo, deja de perder el tiempo. No me interesa nada de ninguno de ustedes.

Aquellas palabras habían sido como puñales para el rubio.

—Si que te da igual todo.

T/n chasqueó la lengua.

—Ya que estás aquí. Quiero lo que es mío...

—¿Cómo?

—Que eres sordo ¿o que? ¿No hablas británico?Quiero mi instituto y mi empresa de regreso, puedes quedarte con alguna propiedad, la verdad no me interesa.