Cuando Aidan salió de la habitación que le había asignado a Alexander, se encontró con T/n fuera esperándolo recargada en la pared. La pasó de largo. Si, amaba a esa mujer pero no por eso estaba de acuerdo en la forma en cómo trataba al niño.
—Estaba segura de que en cuanto me vieras querrías acercarte a mi.
—Ya te dije que no eres el centro del universo.
—Y yo te dije que del tuyo si.
Aidan se girl a ella, evidentemente molesto. T/n sonrió con burla.
—¿Porqué tan enojado?
—¿Qué quieres, Salvatore?
—Uy, que sexy te escuchaste.
Giró los ojos al verlo darle la espalda de nuevo. Fue detrás de él.
—Vale, vale... Lo siento. ¿Si?
Aidan se detuvo de forma abrupta haciendo que la joven chocara con su espalda. Lo miró mal. Se giró a ella mirándola con sorpresa. ¿Se estaba disculpando? No esperaba que se disculpara. Ella nunca se disculpaba con facilidad.
—¿A que estás jugando?
—¿Ah?
—¿A que estás jugando T/n? Simplemente no lo entiendo. Actúas de una forma y segundos después actúas de otra. ¿Qué quieres? Ciertamente me estoy cansando de esta T/n?
La joven lo miró por unos segundos.
—Vale, solo a ti y solo por esta vez permitiré que me hables de esa forma ¿De acuerdo?
—Esto no es juego. ¿Qué es lo que pretendes?
—¿Siempre esperabas que pretendiera algo?
Aquella pregunta dejó perplejo al castaño. Abrió y cerró la boca varías veces antes de poder responder.
—Ah... Bueno... No.
—Entonces ¿Porqué te sorprende ahora?
—Porque eres otra. Eres... La misma pero a la vez otra T/n. Lo que se mantiene es que no te disculpas con facilidad y ahora...
T/n suspiró.
—Solo me estoy disculpando ¿De acuerdo? Se que mi manera de ser no es la correcta y mucho menos con el mocoso, pero... No se... Ahora estoy aquí diciéndote que lo siento. ¿Vale? No se como funcionan estas cosas y ciertamente no tengo mucho interés que digamos. Tienes razón al decir que el mocoso no tiene la culpa de nada. ¿Contento?
—¿Quien eres y donde está mi T/n?
—Estoy admitiendo cuando me equivoco ¿Ya? Y n soy de nadie. Si tuviera que ser de alguien sería de mi madre que para eso me parió.
Aidan sonrió divertido. T/n supo que ya todo estaba bien entre ellos. Ladeó la cabeza encarando una ceja. Aidan la miró.
—No quiero que seas así. No con él.
—Bueno. Tenemos un trato, Batman.
—Espero eso sea así.
T/n agitó los brazos.
—Y... ¿Cómo se supone que... Cargas al mocoso? ¿Así...?
Aidan comenzó a reír al ver sus brazos acunados.
—No se trata de un bebé.
—Y por eso te pregunto. No tengo ni puta idea de cómo se hace.
—Así...
T/n dejo que le acomodara los brazos.
—Cárgalo con cuidado... Pon un brazo en sus piernas y el otro en su espalda.
ESTÁS LEYENDO
Entregando la corona.
Fiksi PenggemarDespués de la muerte de Número Cero, la vida del heredero al otro cambia drásticamente, no es capaz de controlar el impulso de sangre, terminando por aceptar que tiene una segunda personalidad que es psicópata. Apolo no puede con la culpa de recorda...