Capítulo 54

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Aidan miró anonado como su futura esposa salía con un vestido de novia, verla elegir y probarse los vestidos que le gustaban era todo un honor para él, nunca creyó que llegaría ese momento, jamás se había imaginado dispuesto a retractarse.

Aidan entró a la oficina de su padre llevando la camisa llena de sangre.

-No deberías pasearte por el castillo en esas fachas, hijo.- dijo el Rey con la vista en un tratado y el bolígrafo entre los dedos.

Aidan bufó molesto.

-No es que me dieras mucho tiempo que digamos para que me cambiara y me pusiera presentable, padre. - su padre sonrió de lado.

-Eso supuse que me dirías.

-¿Solamente me mandate a llamar para eso? ¿Para suponer? - encaró las cejas - Mira, tengo que cambiarme, si ven aquí a Numero Cinco el pánico correrá por el castillo.- dijo dándose media vuelta para salir de lugar.

-Aún no he terminado.- Aidan bufó y se volvió a girar. - No es con Cinco con quiero hablar precisamente. - levantó la mirada quitándose los lentes de lectura que llevaba puestos.

-En ese caso, deja que me valla para que en unos minutos tu adorado Aidan regrese.- dijo irónico. Rob rio bajo por la personalidad tan distinta de Cinco y Aidan. Aunque a los dos los amaba de la misma manera. Negó despacio mientras se ponía de pie. - ¿Al menos me dejas lavarme la cara y las manos? - extendió los brazos a sus costados.

-Adelante...

Aidan pasó por su lado metiéndose al baño de su padre para quitarse la corbata y tratar de quitar algunas manchas de sangre de su traje para así, verse al menos más decente y menos desquiciado.

Al final de todo, tenía que guardar su actitud arrogante y pedante para cuando saliera por los contratos. En este momento, era necesario el Aidan bien portado que sabe separar las cosas.

-Ya termine - regresó con su padre.

-¿Ya vas a ser razonable o me tengo que entender con Cinco? - encaró una ceja.

-Ja. Ja. Ja... No es gracioso - entrecerró los ojos - ¿Qué pasa papá? ¿por qué me querías ver con tanta urgencia? - parpadeó varias veces.

-Ayer saliste con tu primo y regresaron hasta las tres de la mañana... - Aidan infló sus mejillas mientras se hacía el loco mirando a otro lado - Aidan... - comenzó a decir.

-Ya lo se papá, ya lo se, no debo comportarme de esa manera por que soy el heredero al trono,- recitó lo que el último mes le decían sus padres - pero ya te he dicho que yo no quiero la corona.

-Es tu deber, y tu deber como futuro Rey es comportarte a la altura,- Aidan torció el gesto. - tienes que dejar de salir en fiestas, ya te he dicho que todo tu buen trabajo lo tiras a la basura con ese comportamiento. Deberías mejor buscar la mujer que pasará el resto de tu vida a tu lado.

Aidan se burló.

-¿Hablas de casarme? - encaró las cejas.

-Así es, así el pueblo tendrá la certeza de que serás un buen Rey, y más si consigues a la mujer indicada.

-En primer lugar;-intervino entre risas - no me voy a casar, jamás, nunca, olvídalo. En segundo lugar; todas las mujeres simplemente buscarán ser mi esposa por el hecho de que soy el Rey, hoy en día ya no se encuentran mujeres como mamá. En tercer lugar; ninguna mujer me soportaría, y sabes muy bien por que, así que sería un milagro que eso pasara, y de todas maneras, no me voy a casar, me rehuso.

Entregando la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora