Capitulo 16

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T/n se tiró al suelo cuando terminó de dar las 500 vueltas en todo el perímetro del castillo.

Nicolás la alentó.

—¡Vamos T/n! ¡200 más!

T/n volteó a verlo de inmediato.

—¡NO! —dijo proclamando por todo el aire del mundo. —¡Vete mucho al carajo, me dijiste 500, no 700 jodido tramposo!

Theresa se cruzó de brazos, había estado observándola a lado de su hermano.

—¿Para que le rompes la muñeca a Katherine?

T/n giró los ojos.

Le habían puesto el castigo de llevarla hasta el limite físicamente porque se negaba a hablar sobre el niño.

—¡ESTO NO ES... JUSTO... THERESA...!

—¡Te faltan los 700 abdominales de cabeza...! —T/n le sacó el dedo de en medio. — ¡Vamos T/n, no seas floja!

—¡Me pusiste el triple de ejercicios que tus jodidos hijos...!

—¡Ese es tu castigo...!

T/n le volvió a sacar el dedo de en medio.

—¡Pues tu castigo me lo paso por los ovarios...!

El pelinegro y la rubia rieron, ver cansada a T/n era divertido, porque se le soltaba la boca sucia que tenía.

Aidan, que iba pasando con unos documentos en las manos, se detuvo al ver en el suelo a T/n. Sonrió cuando la escucho gritar. Definitivamente estaba loca, pero aún asi la amaba.

—Hasta chismoso te volviste. —giró los ojos al escuchar al rubio.

—Que bueno que te veo— se giró sarcástico —toma dáselos a los Pirce. Y que los firmen, además, en la parte de atrás hay un contrato.

Apolo encaró una ceja.

—¿Ya la vas a dejar salir?

—La dejaré salir cuando este muerto, más tres años, para asegurarse de que este asi... Muerto. —le dio unas palmadas en la cabeza, Apolo le soltó un manotazo para alejarlo. —ese contrato es para Katherine, pero dado que no puede salir, es tuyo... Como sea.

Se encogió de hombros dándole la espalda y alejándose de él. Apolo lo miró en silencio por unos segundos. Había muchas cosas que quería saber.

—¿De donde salió el niño? ¿Porqué de la noche a la mañana salió de la nada?

—¿Tus padres no te enseñaron a no meter tu nariz en asuntos que no te competen, primo?

Se giró a él metiendo sus manos en los bolsillos.

—Responde...

Aidan suspiró.

—¿Porqué a todo el mundo le interesa saber de donde salió? Eso no te compete, supéralo Apolo. Ve y entrega eso, nos vemos en la conferencia dentro de 20 minutos, no llegues tarde.

Algo que ambos aprendieron fue a separar las cosas, eran un buen equipo en la toma de decisiones en las conferencias, eran los que creaban nuevas leyes con base a lo que necesitaba el pueblo y si era necesario, se jugaban el cuello por el precio de la moneda.

Que estuvieran en un tira y afloja era otra cosa, pero siempre verían por el otro.

—Aidan...

El castaño suspiró, se giró solo un poco en su dirección.

—Si Apolo... Ese niño es mi hijo.



Las tareas habían sido asignadas, T/n se miró en el espejo con horror, llevaba un uniforme que se le hacia demasiado familiar. Eso era un desastre, los tres estarían por todo el castillo, ¿Y si uno de los chicos estaba en peligro? T/n agitó su cabeza tratando de borrar esos pensamientos. Cuando estuvo lista, bajó de nuevo para encontrarse con los gemelos. A quien encontró en su lugar fue a la pelirroja de confianza.

Entregando la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora