Un mes había pasado...
Había pasado un mes desde que T/n había visto a su esposo caer por aquel risco.
El dolor seguia siendo tan intenso como en aquel momento, se negaba a creer que Aidan estaba muerto, que él había dado su vida por salvarla a ella, no tuvo oportunidad de decirle que sería padre.
Era asfixiante, no podía comer, ni dormir, no tenia paz, no salía de la habitación que pertenecía al castaño, no quería hablar con alguien, y cuando cualquiera de los demás, que no fuera Apolo, quieran entrar a la habitación, se negaba rotundamente poniendo pestillo para evitar sus sermones de seguir adelante, cada vez que no quería hablar con Apolo cuando este entraba a la habitación, se encerraba en el baño y se quedaba en ese lugar por horas.
Para ella no suponía ningún problema estar sola, porque así es como se sentía desde hace un mes, no hablaba y si lo hacia era utilizando monosílabos como si y no, se negaba a ponerse algo que no fuera las playeras de su esposo, cerraba todas las cortinas quedándose en la oscuridad mientras se quedaba hecha bola en la esquina de la habitación, mortificándose con el recuerdo de todas y cada una de las cosas que habían dicho y hecho el castaño y ella en esa habitación, el aroma en la almohada de Aidan seguía estando intacto, y esa era su única compañera en las noches, cuando lloraba y gritaba de dolor, para después ser despertada por Apolo que se quedaba con ella el resto de la noche, o simplemente lo ignoraba hasta que se iba.
La noche se había vuelto su peor enemiga y se negaba rotundamente a dormir para así evitar las pesadillas de la perdida de Aidan.
Su aspecto era decadente, con unos enormes círculos negros en los ojos, el cabello largo y enredado, la piel pálida y el inexistente brillo en sus ojos, aquellos que alguna vez relucieron de felicidad por el castaño de ojos verdes, al que nunca iba a volver a ver.
Aquella mañana había salido a la parte trasera del castillo donde tenían un enorme roble, ese donde una vez había estado con él... Giró su anillo de bodas en sus dedo anular mientras las lagrimas descendían por sus mejillas, lo extrañaba, y el dolor era mil veces peor que el de la perdida de sus padres, Jace y su hermano.
-Ya no puede estar aqui, tenemos que sacarla y alejarla. Comienza a preocuparme de verdad, es la primera vez que la veo así - dijo Parker mirándola regresar desde la ventana de la cocina.
Todos la vieron subir las escaleras como si de un zombie se tratara.
Apolo suspiró.
-No va a ceder, es más probable que nos mate antes de salir de este lugar.
Apolo sabía que no podía dejarse caer, no de nuevo, y no era porque daba la cara ante el reino, era porque, se negara o no, T/n lo necesitaba.
Elena los miró sin muchos ánimos, le dolía ver a su amiga así.
-Podemos llevarla con nosotros.
Milie los miró.
-Tiene propiedades, acciones y una empresa en Seattle, podría empezar una nueva vida con Alex ahí.
-Podemos sedarla.
Todas las miradas fueron a Ethan. Era a él a quien más le afectaba ver a su hermana en ese estado.
Los demás lo miraron de inmediato.
-¡No vamos a drogarla para sacarla de aquí! -Logan lo miró como si estuviera loco.
-Es la única manera de hacerlo, es por su bien, estar en este lugar la va a matar de tristeza, y no simplemente es ella, les recuerdo que esta embarazada. - se miraron entre si.
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Entregando la corona.
FanfictionDespués de la muerte de Número Cero, la vida del heredero al otro cambia drásticamente, no es capaz de controlar el impulso de sangre, terminando por aceptar que tiene una segunda personalidad que es psicópata. Apolo no puede con la culpa de recorda...