Capítulo 28

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T/n miró a su alrededor, sintió un ligero tirón en las cienes que la hizo quejarse por lo bajo. Miró por todos lados queriendo saber que estaba mal. Aidan se giró a ella.

—¿Todo en orden?

—Eso creo...

Su cuerpo se tensó al ver una mujer de negro pasar a su lado, podía jurar que había visto su propia mirada en ella, entes siquiera de que pudiera reaccionar, su cuerpo se estremeció al sentir un líquido caliente quemar su piel. Su mano trató de aferrarse a esa mujer, sin embargo sintió un piquete en la misma. Rechistó llamando la atención del Rey que inmediatamente se acercó.

—Carajo.

Se apresuró a desabrochar su camisa rápidamente tratando de aminorar el dolor. Pronto las personas comenzaban a darse cuenta de lo que estaba pasando.

—¿Qué ha pasado?

La miro con preocupación, veía su piel ponerse al rojo vivo. T/n no pareció darle mucha importancia. Miró a todos lados tratando de buscar a esa mujer. La sensación en sus cienes empeoró. Arrugó el gesto.

—Tch...

Caminaba de un lado a otro soplando y moviendo su mano de un lado a otro para abaniquear aire. Apretó la mandíbula debido al ardor, Aidan se ponía enfrente de ella para cubrirla mirando a los demás.

—¡Dejen de ver! 

T/n le sujetó con fuerza la manga de su traje llamando su atención.

—La mujer Aidan. Esa mujer...

—¿Qué?

Las hermanas Pierce se acercaron de inmediato llevándose a T/n subiendo las escaleras. Apolo fue el último en llegar.

—¿Qué ha pasado?

—No tengo ni la menor idea. T/n hablo de una mujer pero ciertamente no lo comprendo. Le han tirado agua caliente.

Apolo apretó los labios mirando a los lados.

—Es un acto burdo... Querían hacer que se fuera.

El castaño lo miró inmediatamente.

—¿Qué?

—¿Qué otro objetivo tendría hacerle ese tipo de daño sabiendo que tendría que irse mínimo a cambiar? T/n tiene la facilidad de poder acelerar su regeneración, suponiendo que lo supieran, su único objetivo era que se fuera. Aún así no fuera el caso, obtendrían su objetivo.


T/n corrió al baño de Valentina sacándose los zapatos de inmediato, abrió la llave de agua fría de su regadera para que le dirá en el pecho. Apretó la mandíbula cuando se miró con la piel roja.

Pensó en quien era la persona que le habría tirado el agua hirviendo, aquella mirada, ella la conocía a la perfección, era la de ella. Ella importándole poco lo que pasara. No estaba loca, ella lo había visto. Fue como haberse visto en el espejo.

Cuando salió de la ducha de la castaña, suspiró pesadamente, lo único que le faltaba era algo así. Su uniforme estaba hecho un asco y ni hablar de ella.

—Toma.

Valentina se apresuró a darle una toalla mientras su hermana mayor entraba a la habitación con ropa que T/n no se molestó en ver.

—¿Estás bien?

Enchuecó los labios haciendo a un lado la blusa para ver su piel. Estaba realmente quemada. Probablemente tendría una quemadura de segundo grado.

T/n alejó su mano con sutileza.

—Estaré bien. —señaló —¿Lo ves? Dentro de poco estaré bien.

Entregando la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora