Sin retorno.

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Isabelle entró de nuevo a la enfermería. El frío de la muerte había invadido el lugar, el aroma olía a metal, sangre y muerte. Con las manos temblorosas y los ojos irritados, se acercó con cuidado para recoger las cosas. Lo hacía en silencio, como si temiera despertar a alguien. Recogió todas las gasas llenas de sangre y caminó al microscopio para apagarlo. Una mancha en el la hizo arrugar el gesto. Se acercó, queriendo saber que era.

Células.

Lo que vio a través de él eran células que se unían a otras y aceptaban su ARN. Las células lastimadas comenzaron a regenerarse con velocidad, adquiriendo de nuevo su color rojo.

Atónita por lo que veía, dejó caer la charola de sus manos, creando un estrépito en el lugar.

-¡Mierda...!

Su corazón se aceleró y pronto temió que le diera un paro cardiaco. Miró el cuerpo que era cubierto por la sábana blanca y entonces tomó aire.

- ¡Nick...! - gritó - ¡NICOLAS...! - cuando lo divisó acercarse por afuera, gritó -¡Trae a Theresa de inmediato! ¡Necesito su sangre...! ¡Rápido...!

El cuerpo de T/n se encontraba en la horrible y tediosa cama de metal con la sabana cubriéndole el cuerpo hasta la cabeza, la decisión que debían tomar no era nada fácil, traer de regreso a una persona que lo ha perdido todo, perdió a sus padres, vio morir a su único hermano, sin olvidar que fue ella quien mató a Jonathan Grey.

-Tessa, tenemos que darnos prisa... Mientras más tiempo pase, la efectividad será menor...

La pelinegra miró a su amiga con temor, a ella también le dolía tener que ver a una niña de 19 años muerta enfrente de ella.

-Tess.

Esta levantó la mirada en cuanto el chico del que una vez se enamoró le toco el hombro.

-No podemos dejarla así,- dijo con la nariz roja e hinchada por el llanto - no ha tenido una vida... - dijo acercándose a su tibio cuerpo.

Tenían que darse prisa, por que en el momento en que su cuerpo se enfriara por completo, no podrían hacer nada más.

-Hagámoslo, - dijo mirando a su familia. - traigámosla de regreso...

Todos los presentes asintieron con la cabeza y cada uno distribuyó el trabajo, lo primero que tenían que hacer era darle sangre de Theresa al cuerpo de T/n para detener la hemorragia cerebral que tenía en ese momento. Nunca se había visto algo así, las células de Theresa tenían la capacidad de regenerarse más rápido que las de una persona normal lo haría, las respuesta para eso, ni siquiera ella la tenía, su sangre era pura, era lo único que sabia, saber que la sangre de T/n era compatible con la de ella, solamente gracias al loco tétrico de afuera en la cocina, fue lo que le dio algo de esperanza.

Theresa no dejaría que alguien mas de los suyos muriera, no podía permitírselo, ya no, había perdido demasiado en esa vida, no era justo que aquella chica enfrente de ella ni siquiera viviera la suya. Fue un trabajo de una semana entera sin dormir, reconstruyeron sus huesos, costillas, todo, al final solamente quedó esperar a que las células de T/n se acoplaran a las de Theresa.

Después de eso, no les quedaba más que esperar, esperar a que su cerebro reaccionara y la trajera completamente de regreso.

Sin embargo, no habían tomado un aspecto sumamente importante.

Y ese era el que T/n tenía una doble personalidad, y esa personalidad, era la que tomaría el control, deshaciéndose de toda la parte emocional de su huésped y encerrando todos aquellos recuerdos que tuvo de manera inconsciente, T/n había sufrido mucho, lo menos que esa segunda personalidad quería, era que siguiera sufriendo, así que decidió dejarla sin recuerdos...

Y sin emociones...

Entregando la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora