Un vidrio se escuchó romperse, lo que puso a ambos padres atentos a lo que había pasado, se miraron entre si, sin saber lo que estaba pasando.
-Tal vez un mapache entró - dijo T/n encogiéndose de hombros mientras arrugaba el gesto.
-Tal vez un conejito.. - mencionó Farah levantando la parte delantera de su casco mientras brincaba y aplaudía emocionada.
Alec y T/n miraron a su hermana como si estuviera loca.
-Alec, cuida de tus hermanas - dijo su padre mientras su madre comenzaba caminar con cautela a la casa.
-Pero papá...
-Es una orden - miró severo a su hijo.
-Nos quedaremos aquí papá... - habló T/n tomando la mano de su hermana que comenzaba ponerse nerviosa.
La mirada de determinación de su hija, logró tranquilizarlo lo suficiente para que pudiera alcanzar a su esposa.
Los tres miraron a sus padres entrar a la casa con preocupación.
-Esto no esta bien - sus hermanas lo miraron - todo esto esta demasiado tranquilo... - dijo nervioso.
-¿Y si no es un conejo? - Farah los miro quitándose su casco.
-Mamá y papá pueden con esto - hablo T/n tratando de calmarlos. - no anden de llorones. - pero incluso ella comenzaba a inquietarse.
Sacudió su sable de luz que hizo el mismo sonido de las películas cuando la hoja luminiscente se metió al mango del sable.
-Esto no me da buena espina... -murmuró Alec.
Los tres comenzaron a respirar agitadamente cuando escucharon golpes y disparos en la casa.
-Corran. -miró a sus hermanas- ¡Corran, al sótano!
Ambas soltaron sus regalos de cumpleaños para empezar a correr a la parte de atrás de la casa, donde sabían estarían seguros.
-¡No vamos a llegar...! - dijo Farah asustada.-No voy a llegar. No puedo correr tan rápido.
T/n ya estaba a metros lejos de su hermana, freno en seco y regresó con ella. La cara de Farah estaba llena de terror. Sabía que entre los tres era la más débil.
-Vamos a llegar, vas a llegar, te cuidaré lo prometo... - trató de tomar su mano, pero en ese momento, un tipo apareció llevándose a su hermana. - ¡FARAH...!
Se detuvo de inmediato. Alec la empujó cuando la quisieron tirar para llevársela a cuestas, haciendo que él fuera al que se lo estaban llevando.
-¡ALEXANDER...!
-¡CORRE T/N, CORRE...!
Su corazón comenzó a latir a todo lo que daba, estaba llena de miedo mientras veían como se llevaban a sus hermanos. Sus manos le temblaban mientras corría al sótano para abrir la puerta de a lado y sacar una escopeta que era más pesada que ella.
-¡Vamos...! - gritó comenzando a perder juicio.
Dos disparos resonaron el lugar mientras T/n caía al suelo, no les había dado.
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Entregando la corona.
Fiksi PenggemarDespués de la muerte de Número Cero, la vida del heredero al otro cambia drásticamente, no es capaz de controlar el impulso de sangre, terminando por aceptar que tiene una segunda personalidad que es psicópata. Apolo no puede con la culpa de recorda...