Mani y Mich abrieron los ojos de golpe.
- ¿Mani?
- Nos quedamos dormidos.
Lo dice más para él mismo que para ella. Recostados panza arriba miraban el cielo obscuro lleno de estrellas.
- No entiendo.
Mani se sintió reír.
- ¿Qué no entiendes?
Mich contestó con una sonrisa confundida.
- Que estés en mis sueños.
Él ni siquiera fingió no entender, él estaba también muy confundido, si no es que más que ella; pero le daba gusto que ella empezara a despertar poco a poco y voluntariamente.
- Yo tampoco lo entiendo.
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Diario de una ilusión
Science FictionMani ya no quiere estar dormido. Quiere confundir realidad y sueño y escribir sobre ello.