NO ACEPTO

Capitulo 21

"Diferencias"

Actualidad-2036

Marinette

Me quedo admirando la Torre Eiffel, siento varias miradas sobre mi mientras Adrien me conduce hacia afuera, la forma en la que ando vestida y en la que los veo a ellos es tan raro, normalmente allá en Marruecos nadie usa pantalones, excepto lo hombres mayores.

Mi falda suena a cada paso que voy al igual que los detalles de mi cabello, pero solo me concentro en la ciudad, me deja un momento a solas y cuando regresa trae un auto, sube el equipaje y me abre la puerta, mientras conduce la radio suena otra música en francés, totalmente diferente a lo que escucho y bailo, eso no tiene ritmo.

Recorremos las calles y las luces y cada vez la Torre se acerca más.

—¿vamos a la Torre Eiffel?

—¿no estás cansada?

—no, por favor quiero ir—me mira unos segundos y asiente, me acerco y le beso la mejilla—gracias

Miles de autos, muchas luces y no veo a personas comercializando animales o verduras, he estado viviendo en otro mundo todo este tiempo.

Cuando llegamos todavía hay demasiada gente, él camina lento mientras yo me encuentro corriendo para admirarla de cerca.

Es majestuosa... siento que las piernas me fallan y caigo sentada, he logrado salir, estoy en otro continente, otro país y viendo otras maravillas.

—¿de que lloras?—se arrodilla para quedar a mi altura—uhm?

—es que... jamás pensé que me iría de Marruecos—las personas pasan frente a mi y me ven raro—jamás pensé que algún día podía irme de allí.

Me abraza y recargo mi cabeza en su pecho.

Una chiva tan joven como yo pasa al lado mío con una falda muy corta, no le cubre nada de las piernas y una blusa que casi podría ser parte del traje de danza árabe.

—no la mires—le tapo los ojos a Adrien—parece que no trae nada, que osados son aquí.

—hay países que se han quedado atrás... como Marruecos por ejemplo.

—oye, nosotros nos vestimos así por respeto y solo usamos el traje para bailar en frente de personas conocidas—apunto—esa chica lo hace por provocar.

Unos celos me nacen, no me había sentido insegura nunca, pero ver a esa mujer vestida así y que todos los hombres voltearan a verla, me incomodó.

Tengo una idea.

—¿vamos a comprarme ropa?

—así te ves bien.

—pero quiero verme mejor, quiero que todo el mundo me vea—enredo mis manos en su cuello—¿tu no?

—no

—agh—suelto mis manos y el las vuelve a poner como estaban—

—bien... vamos—le compenso dejando un beso en sus labios—

***

Me trae a una tienda en donde todo se ve lujoso, hay sectores de ropa, lencería, joyas, zapatos, todo separado en pasillos.

Las mujeres que pretenden atenderme me ven de pies a cabeza, hago lo mismo deben pensar que soy una chica pobre, cuchichean entre ellas hasta que una se acerca.

—si buscas una tienda de rebaja puedes ir al supermercado—las otras se ríen, yo le sonrío—

—no tienes idea, ¿verdad corazón?—la miro, soy alta y ella lleva tacones y está a mi altura, la detallo unos segundos y me basta—¿ves estos?—apunto mi cabeza y a la cascada de oro blanco que reluce en mi cabello—oro blanco cielo, no cualquiera tiene la libertad de ponérselos en la cabeza como cascada—su cara no me lo borra nadie de la cabeza, la hago sentir pequeña con sus tacones—tus circones deben ser lo más barato es toda esta tienda de porquería—toca sus aretes—que Allah derrame toda la desgracia sobre su tienda.