Capitulo 13

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"Señor"

Actualidad-2036

Marinette

El hombre extranjero no para de verme su mirada denota lujuria, admiración, amo que me vean, me sube el ego.

Es para eso que Miranda me entrenó.

Este baile les encanta a los hombres y mujeres, porque es muy sensual, no cualquiera puede ser bailarina en especial de la danza árabe.

Porque esto es lo que hago, no solo contoneo mis caderas, no solo muestro mis pechos y mi cuerpo, la sensualidad que yo expreso es palpable en mi cuerpo, porque pueden haber miles de bailarinas en el mundo, pero ninguna mejor que yo.

Obviamente hombre rubio, extranjero y con dinero, un hombre de escasas necesidades no puede llegar a esta parte del mundo.

Soy osada y descubro mi rostro para el unos segundos, algo inaceptable en el país, pero quería que este hombre vea de lo que en otro lado no puede conseguir, no por nada vino a este país.

Le doy la espalda y muevo mis caderas, el cabello me lo llevo atrás y lo siento chocar en mi espalda.

Mis manos recorren mi figura y me alejo caminando unos pasos hacia adelante quedando frente a todos los hombres, en el coro de sus cantos hago movimientos con mis manos y mi espalda cae suavemente sobre mis pantorrillas y el piso, extiendo mi cabello allí y todos observan los movimientos de mi vientre, quieren tocarlo, lo ansían.

Ansían poseerme, tocarme que yo sea suya y me siento poderosa, soy el legado que Miranda está entrenando y dejando para el mundo.

Soy la envidia de las mujeres que solo están para servir en las mesas y yo para el entretenimiento de los hombres.

Me levanto del suelo y cuando la música termina desaparezco por las telas que cuelgan en este lugar.

Cansada, con mi vientre reluciendo una capa de sudor termino escuchando los aplausos y bullicio del otro lado, todo eso para mi.

Sonrío, como siempre esto me sale bien, es mi fuerte, reviso la hora del celular que mi madre me regaló, es uno pequeño solo para ver la hora y recibir llamadas, no necesito saber del mundo, es por eso que la tecnología avanzada no me importa.

Una chica deja mi bolso a mi lado y me pongo la túnica que me cubre totalmente todo, me cubro muy bien el cabello, estoy lista para salir, no debo llegar tarde al hotel, ya que mi madre piensa que solo estoy ensayando y no bailando profesionalmente.

La misma chica me entrega el dinero y tomo mis cosas y salgo cubierta, nadie me reconoce y solo aplauden a la bailarina que trata de igualar mis pasos.

Le falta tanto para alcanzarme.

Por inercia mi vista viaja al lugar del rubio, ya no está, mi traje por debajo de la túnica hace sonidos y cuando salgo del lugar, me topo con hombres que entran me hago a un lado y choco con algo suave, de inmediato me aparto.

—cuidado—este hombre rubio se encuentra aquí afuera, su acento claramente francés—¿estás bien?

—no debo hablar con extraños—la tela cubre mis labios y parte de mi nariz—

—para ti ya no soy un extraño, ya que decidiste mostrarme tu rostro—cierto, bajo el velo que me cubre—

—señor, me presento, soy la bailarina que lo cautivó allí adentro, para el mundo y para usted "Aihbab Allah".

significa "Amada de Allah"—su compañero detrás de él se lo traduce—

El rubio no deja de ver mi rostro, se que soy hermosa, pero en serio dejé impresionado a este hombre.

NO ACEPTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora