Capitulo 20

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"Francia"

Actualidad-2036

Narrador Omnisciente

Falta cinco minutos para las tres de la tarde, la mujer de largas ondas espera en la entrada de la casa de su hermano, espera la llegada del hombre rubio.

Otra vez.

Pasó otra vez, el no va a llegar.

Décadas intentando tener una relación con varios hombres, todos la habían decepcionado, todos habían huido de ellas al alejarse todos seguían un patrón. Su aprendiz.

Marinette era una niña dulce hasta que la conoció a ella, Miranda le había enseñado lo que una mujer tiene a su favor, le contó los secretos de ser una mujer seductora y cómo usarlo a su favor.

La hija que nunca tuvo, la crió como suya y envidiaba a Kagami.

Las lágrimas caen por sus ojos, no culpa a Marinette de la desgracias de su mala suerte con los hombres, ellos eran quienes no respetaban a su niña.

—oh Miranda, ¿porqué lloras?

La vecina chismosa sale a su encuentro y para de paso soltar algunas cositas.

—no es nada señora Badra

—vamos querida, puedes contarme lo que sea.

Se limpia las lágrimas, preparada para soltar cosas a la personas más chismosa del lugar.

—es que hoy... iba a venir el hombre con el que tenía algo y el...no llegó.—nuevamente sus lágrimas salen y Badra se ocupa de secarlas—no se ni porque me ilusioné, de paso era un hermoso hombre extranjero, que tonta fui al creer que esta vez podría funcionar.

—¿un hombre extranjero?

—si señora Badra, si no puedo confiar en los hombres de este país, ya no se puede ni en los extranjeros.

—ese hombre, ¿por si acaso no era rubio?

Miranda la ve, entonces lo conoció.

—si, ¿porqué lo pregunta?

Badra prefiere callar, pero como a ella le gusta ver el mundo arder entonces lo suelta todo.

—ese hombre estuvo aquí hace un par de horas—los ojos llorosos de Miranda le piden que se detenga pero eso no sucede—venía a la casa de tu hermano, hasta que alguien lo interceptó.

—no me digas que fueron algunas bastardos.

—nada de eso, una mujer escandalosa—Badra conocía a Marinette desde que era pequeña, ya presentía que esa chiquilla traería problemas a futuro.—la conoces muy bien Miranda.

—¿de que hablas?, ¿mujer escandalosa?

—así es, incluso se quito el hiyab para el... no quiero decirte el resto.

—vamos, dímelo Badra.

—ella lo besó y se ocultaron entre las paredes, me duele decirte esto... pero la mujer que estaba con él era tu aprendiz.

La aprendiz.

—¿de que hablas Badra?, ¿estás tratando de burlarte de mi?

—no haría tal cosa Miranda, Allah sabe que no miento, no gano nada haciéndolo.—

Todos esos momentos llegan a la cabeza de Miranda, cuando le presentaba a los hombres con los que salía, esa mirada lasciva por parte de ella, algo que no aceptaba, el comportamiento de esos hombres, que no se ponían nerviosos por ella si no por su aprendiz.

NO ACEPTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora