5: CHANGES

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—¡Pero estas loca mujer! ¡Cómo se te ocurre!. Claro que no lo dejaré pasar, aléjate de él, ¡largo basura con piernas! —gritó furioso haciéndole gestos despectivos a Noel

—¡Richard! —chillé al no poder contenerme más. Normalmente no soy una mujer que sepa conservar la calma, y Richard había logrado que la poca que tenía se fuera por caño

La mañana había sido hermosa en compañía de Noel, el día anterior, luego de la maravillosa sorpresa me sentí como nunca, y al parecer el igual, por lo mismo se había embullado a pedirme que fuese su novia, y desde luego acepté.

Nos conocíamos de nada, si fuese por cálculos, ni siquiera alcanzaría para una semana lo que llevábamos de "amistad", pero en tan poco tiempo se había vuelto tanto para mí, que no deseaba pasar ni un segundo más lejos de él. Habíamos hablado mucho, juntos hallaríamos la solución para formalizar una relación, ser una familia, construir nuestro nido y ser felices.

—He dicho que nos dejes pasar —exigí furiosa. Estaba tan molesta que me dolía la dentadura de tanto apretarla y amenazar a Richard que había decidido comportarse como un idiota

Noel no traía buena cara, se le veía molesto, pero más que eso avergonzado, abochornado. Había pasado muchísimo trabajo para convencerlo de que verdaderamente quería tener algo con él, algo lindo y sincero. Se la pasaba diciendo que yo merecía algo mejor, y que él, no era merecedor de mí. Era una tontería, pero para él lo más auténtico de la humanidad.

—¿Te estás volviendo loca? ¿Cómo se te ocurre decir que es tu novio? —la seriedad con la que me veía y hablaba sólo me enfurecía más, era un idiota al cubo

Lo cierto es que nos encontrábamos en mi edificio, a nada de llegar a mi departamento. Yo por supuesto iba junto a Noel, nuestras manos entrelazadas y esa sonrisa de tontos que no nos abandona. Antes de subir a mi piso tuve la brillante idea de presentar a Noel con Richard, pues es mi novio y no tengo porque esconderlo, además, me pareció un método perfecto para hacerle ver que si le quería a mi lado, que sí era importante para mí, que sí lo quería. Por otro lado Richard era como mi familia, había pasado por mucho desde que le conocía, y con su ayuda, siempre todo era mejor

Ahora que se ha formado un lío, veo que ha sido una pésima idea

—Hola Richard —saludé nomas entré al edificio, me encontraba feliz y por lo mismo sonreía de más

—Hola Pao —me saludó el empleando ese apelativo por el que tanto le gusta llamarme —¿Quién es tu amigo? —inquirió igual de sonriente mientras se frotaba el cachete con el que intuyo debe tener algún percance

—Ah, sí —me hice la despistada para no ser tan obvia con el plan que había ideado ya en mi mente —Él es Noel, mi chico —expliqué entusiasmada.

La cara de Richard dio un cambio radical. Para comenzar la sonrisa se le borró, y los ojos se le pusieron tan rojos que parecía inyectados. Toda su educación, alegría y buena vibra se fueron al carajo. Con la mano abierta le pegó al buró de su portería, y escrutó tanto a Noel que creí que caería al suelo

Admito que Noel no se encontraba en las mejores condiciones, llevaba la misma ropa del día anterior, esa de la que decía ser apetecible, y que en plena luz del día parece ser la de un brujo de las películas anime. Estaba de la pena, pero supongo que para mí eso no sea lo más importante, o que ya me encuentro plenamente enamorada de él

—Que me dejes pasar —exijo mientras aprieto y enseño mi dentadura. Richard se encontraba en el segundo escalón de las escaleras, impidiéndonos el paso

—A ti siempre Pao, ¿pero al él?, ni muerto —aseguró cruzándose de brazos. La seguridad era notable en su rostro, la decisión. Estaba imposible

Paola © [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora