38: BOYFRIEND

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Sentía la habitación más fría que la última vez, nuevamente sujetaba mis rodillas con fuerza, y temblaba de forma disimulada

—¿Y bien? ¿Cómo te fue con los ejercicios?

La psicóloga me regaló una sonrisa de esas que lograban calmar hasta a tus ancestros, y yo sonreí con nerviosismo

—Mentiría si dijera que fue bien desde un principio —comencé

—Y de ser así, yo sabría qué mientes —agregó

—Exacto. Fue doloroso, devastador, insoportable, asfixiante y desalmada la forma en que todos reaccionaron y remetieron contra mí. Me costó mucho sufrimiento y dolor, muchas lágrimas e incluso ataques de pánico. Pensé que mientras más lo evitara, mientras menos lo viera, sería más fácil y sencillo para mí. Incluso ayer seguía considerándolo, pero luego entendí que era eso lo que había estado haciendo todo este tiempo, evitándolo, bloqueándolo, huyendo, entendí entonces que estaba siendo una cobarde, porque de igual forma, cuando regresara a la realidad el dolor continuaría ahí, aguardando por mi para darme con todo hasta dejarme desalmada

La mujer frente a mi asentía complacida dándome toda la razón, era como exacto mi niña por fin has visto la luz

—Estoy más que satisfecha. Sabía que lo harías tan bien, que he traído para ti una sorpresa

Prendió un pequeño televisor que reposaba sobre una mesa, y rápidamente un video comenzó a reproducirse

—Hola Paola, ¿qué tal estás? —era Andrés, el poli que me había ayudado aquella noche tan trágica

—Mira que eres tonto, ella no va a responder —uno que al parecer era su amigo le pegó un golpe seco en la parte trasera de su cabeza, fue muy gracioso, sobre todo porque Andrés puso cara de desconcierto

—Es cierto —río con nerviosismo y lo disimuló desacomodándose el peinado

Los chicos no iban con uniforme, sino en ropa común, al parecer tendrían algún entrenamiento, y cuando todos comenzaron a salir por la pantalla dejándome en claro que los actos de Noel no tenían absolutamente nada que ver conmigo, que él no valía la pena, que merecía algo mejor, que no me atormentara por personas miserables como el, los ojos se me inundaron en lágrimas que no pude contener

Era bueno aunque sea por una vez ver que no todos me catalogaban como la cómplice del violador

El resto de la consulta fue sanatorio, era saludable y constructora la forma mágica en que mi alma encontró paz luego de aquella consulta

—¿En que se supone que piensas? —su voz intimidante y ronca me hizo pegar un bote en el asiento, él colocó su mano sobre mi hombro izquierdo y yo solté un suspiro que sonaba a alivio y tranquilidad, cuando realmente era todo lo contrario

Me hallaba bastante liada, casi todo el peso de Noel y todo lo que el tema traía consigo había menguado, dejando entonces mucho espacio libre para ocuparme en lo que realmente importaba, eso importante era Byron

El tema por supuesto era mucho más complicado de lo que siquiera imaginaba, no sabía ya en qué punto me encontraba, qué hilos jalar, por dónde comenzar, dónde buscar, cómo hallar respuestas. En fin, no sabía una mierda

Los días pasaban volando y yo permanecía prácticamente en el comienzo.

—Ayer estuvo bien —solté campante aún con mi vista al frente. Me encontraba en la terraza, apreciando la bonita tarde, ese se estaba convirtiendo en mi nuevo lugar favorito

—¿Solo bien? —inquirió, su voz era todo un orgasmo; profunda, gruesa, ronca y fluida

Debía admitir que mantener relaciones sexuales con Byron era otra de las causas por las cuales no me encontraba pensando con total claridad

Paola © [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora