4: SOLUTIONS

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Las olas del lago hacían un ruidito alucinante al llegar a la orilla. El viento, otra vez nos envolvía mientras Noel miraba mis ojos con antojos, y yo, miraba los suyos con avidez

—Siempre tan hermosa —una caricia lenta y placentera fue lo que le proporcionó a mi mentón. Por instinto cerré mis ojos, disfrutando de su tacto, de su cercanía, de él

—Gracias —respondí perdiéndome en sus gratas caricias

—No me las des —fue su respuesta

—Es increíble cómo me haces sentir paz en todo momento —murmuré abriendo los ojos —Haces que me olvide todo, de mis pro.. —agité la cabeza negado con efusividad. No iba a arruinar el momento hablando nuevamente de mis problemas, no valía la pena

—¿Qué? ¿Qué sucede?

—No es nada —negué nuevamente

—Paola —alzó mi barbilla obligándome a verle a los ojos —¿No confías en mí? —inquirió serio

¿Existirá cosa más hermosa que él en este mundo?

—Tengo problemas Noel —solté un suspiro. Luego de decirlo pude respirar con tranquilidad, fue como quitarme un edificio de los hombros.

Sin saberlo, me hizo dar de cuenta que llevaba un peso etéreo sobre mí. Un peso impalpable pero existente, tan existente como insoportable, y tan insoportable era, que martirizaba incluso mis horas con Noel, esas que se habían vuelto tan tranquilas, tan serenas, tan pacíficas

—Lo solucionaré —dijo idealista

Reí como loca, era muy graciosa la situación, pero más Noel, y los gestos que hacía mientras aseguraba que solucionaría todo

Descubrí entonces que Noel no sólo era un hombre pacífico y tranquilo, sino que también divertido y chistoso

—¿Tu de que ríes? —me miró serio. Le gustaba verme reír, lo pude notar en sus ojos, pero también quería saber la causa de mis altas carcajadas

—Has dicho que solucionarás mis problemas —conté entre la risa y seguí burlándome mientras sujetaba mi estómago. Para ese entonces ya me encontraba con la cabeza recostada en las piernas de Noel, viendo lo sereno del lago. Ese lugar Pacífico donde conocí al amor de mi vida, y el que además, se había vuelto muy especial para mí

—¿Y eso te hace gracia?. No juego, en serio solucionaré tus problemas.

—¿De qué hablas? —me levanté de sus piernas al detectar la seriedad con la que hablaba.

Noel era muy bueno y tierno, además de pacífico. Me gustaba, hacía que las horas a su lado fuesen únicas, por lo mismo estaba con él. Y supongo que eso es evidente para todos, pues no creo que un Vagabundo tenga mucho que ofrecer, y no me interesaba, estaba con él porque quería, no por provecho.

Y por lo mismo me confundía la seriedad que estaba adoptando

—Pequeña —acarició mi mejilla con su pulgar —¿Has visto lo linda que te ves riendo?. No quiero verte triste ni perturbada, me gusta cuando sonríes, eres hermosa. Yo solucionaré todos tus problemas para que nunca jamás estés triste

—Noel, no.. —quería decirle que no debía hacer nada por mí, que no era necesario. Pero su índice sobre mis labios impidió que continuara hablando

—Me haré cargo y punto, no hay nada más que hablar —sentenció atrayéndome hacia sí para besarme, con una calidez y ternura admirable

Me hacía sentir especial, valiosa, única, y sobre todo, querida, muy muy amada

Paola © [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora