36: SEX

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Haber descubierto a Nerea había sido más sustancial de lo que imaginaba, en mi cabeza se había trazado todo un plan luego de aquel descubrimiento.

La familia para Byron era lo más importante, ya me lo había dejado claro, así que si quería acabarlo debía comenzar por sus puntos débiles, logrando así destruirlo

Nerea aún no lo sabía, pero era mi presa. Y tenía planeado involucrarla en cada paso que diera

Por otro lado, el que Byron hubiera sido tan crudo había sido la bofetada que necesitaba para volver a la realidad

Él no me había dado la oportunidad de expresarme, pero tampoco estaba enamorada de él, y aunque es cierto que luego de llegar hubo un momento en que si me hice ilusiones con él, aquello no duró por mucho, él mismo se encargó de que todos los sentimientos se esfumaran

Siendo tan tajante con mis sentimientos me había dado la habilidad de volverme de hierro, si era indiferente a mi persona yo igual podía serlo, con él e incluso con toda su familia

Es cierto que los quería y les tenía estima, pero me quería más a mí y yo estaba por encima de todo

<Son demasiado malas, no he podido descifrar nada>

Me respondió el abogado luego de ver las fotografías que le había enviado, aquellas que le había tomado a las hojas de Byron

<Trata de enfocar mejor la cámara para la próxima>

No le contesté, sabía que de aquellas tomas no se podría sacar provecho

El siguiente en la lista era Byron, y ya tenía una idea de cómo atacarle, aunque debía de ser muy lista, él no tenía un pelo de bobo. Tenía que entrarle por la cama, ya que era el único punto en que ambos teníamos que ver

—¿Que te hace pensar que mi interés en ti es diferente? —cerré la puerta tras de mi y caminé a paso lento rumbo a él

Él que se encontraba sentado viendo su celular con la espalda recostada a la cama me observó con una ceja alzada

—¿Porque das por hecho que tú me gustas? —mi voz era cachonda y lenta, quería subir el tono de la conversación

Dejó su celular a un lado en la mesa de noche y se centró en mí, dejando caer el peso de su mirada en mis hombros

Sus ojos me analizaron a profundidad, agarrando un brillo lujurioso al descender por mis hombros y contemplar la transparencia del vestido de tela de cebolla que llevaba puesto. Era tan visible, que se podían contemplar mis pezones al no llevar sostén, y mis bragas

Sus ojos se oscurecieron al ser consciente de lo que tenía frente a él, tragó saliva con dificultad y eso me dio el valor que necesitaba para continuar

—¿Qué se supone que quieres decir? —su voz era rasposa y gruesa

—¿Qué se supone que has entendido? —sus ojos siguieron el trayecto que marqué hasta acabar arrodillada junto a él en el suelo

Entendió mi intención y se movió, quedando ahora frente a mí con sus piernas a cada lado de mi cuerpo, apoyadas en el suelo

—Que quieres que te folle —soltó directo, sin medirse un pelo, así tal cual era

—No, que te quiero follar —y sus ojos brillaron supongo que a causa de la lujuria

Sin pedir permiso saqué sus pantalones de algodón fuera de su cuerpo, y pese a ayudarme, lucía confundido

Agarré su miembro en mis manos, y aunque lo había visto en varias ocasiones, su tamaño me impresionó

Pero no, no me iba a acojonar

Paola © [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora