47: REVENGE

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—Quiero que me hagas un nuevo corte de cabello, dame un tinte oscuro, y por favor arregla mis cutículas —la chica no hacía más que sentir mientras Miriam se recostaba en el asiento de la peluquería, dejando su cabeza hacia atrás para que otra muchacha comenzara a lavarle el cabello

Finalmente estaba haciendo lo que tanto le gustaba, su hobby, estaba dedicándose nuevamente a su figura, a ella

Habíamos logrado sacarla de aquel psiquiátrico donde Augusto la había reprimido, aunque ella nunca estuvo enferma, él había conseguido certificar que tenía serios trastornos, alucinaciones, y no sé cuántas cosas más

Pero desde luego, todo era mentira

En parte entendía porque Mirian era tan fría, tan calculadora y perspicaz, pues así como Byron había sido mi creador, Augusto había sido el suyo. Y no tenía una historia bonita que contar, Miriam había sufrido, muchísimo. Mi padre le había traicionado, arrebatándole todo lo que un día ella conquistó con mucho sacrificio

Y aunque pareciera una historia de novelas, aquella no era más que su trágica realidad

La realidad que había estado viviendo desde hace doce años o más, teniendo una vida reprimida, lejos de su hogar, era vigilada en todo momento, y debía tomar una medicación que desde luego, ella no necesitaba

Augusto le había quitado absolutamente todo, su dinero, sus bienes, su herencia, su libertad, y no se detuvo allí, pues también le quitó los sentimientos, le extirpó la habilidad de querer, de reír, de amar. Ya no sonreía, no tenía ese brillo en los ojos, y tampoco era feliz

Su corazón, al ser traicionado, regado con tanta maldad, herido, se fue volviendo negro, oscuro, así como todo tipo de sentimientos

Y fue de esa forma, cómo Miriam terminó siendo esto que veo ahora

Una señora mayor, con canas, con arrugas, con malicia

A veces hasta sentía pena de ella, pero jamás lo diría en voz alta, no querría ni imaginar cómo terminaría aquello

—¿Estás lista? —me pregunto otra de las asistentes del salón, y yo aún con dudas, asentí

Me recosté de la misma forma que Miriam, dejando que la muchacha se encargada de mi cabello

Lo cierto es que no tenía ganas ningunas de arreglarme, no estaba de ánimos y tenía muchos motivos, pero a Miriam le importaba muy poco, y por lo mismo hizo caso omiso a mis quejas, y ordenó un servicio para ambas

Cómo siempre hacia

Y lo cierto es que me dio un poco de nostalgia, pues recordé la última vez que lo hicimos, yo en ese entonces no pasaba de los doce años

Pero cuando mi cabeza se dejó caer, y la muchacha comenzó a lavar mi cabello, cuando mis ojos se cerraron y no vi más que oscuridad, aquellos recuerdos volvieron para atormentarme, como había estado pasando en las últimas horas.

Hacía más de cuatro horas que los padres de Byron y sus hermanos se habían montado en el taxi que los llevaría al aeropuerto, donde tomarían un avión con destino a Cancún, donde disfrutarían de unas vacaciones que Byron parecía feliz de costear

La casa estaba completamente a solas para los dos, y lejos de sentirme feliz, me consumía el cargo de conciencia

En mi cabeza no dejaba de reproducirse la última conversación con Harris, aquel hombre que parecía dispuesto a entregar a su hijo a las autoridades sin dolor alguno. Y justo en ese momento no pude evitar compararme con él, porque de la misma forma en que existían cosas que nos diferenciaban, existían aquellas que parecían encadenarnos, como el hecho de que teníamos unos padres que no valían un centavo, que no pensaban más que en si mismos, y que desde luego, no nos querían

Paola © [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora