Eran las cuatro de la mañana cuando hicimos entrada en la casa. Las luces se encontraban apagadas, y por suerte todos dormían en su habitación—Que pases linda noche
—Igual tú —fue todo lo que dije para adentrarme en la habitación de Byron
Él permanecía en la misma posición en que lo había dejado al salir, el cuarto estaba aclimatado e iluminado únicamente por mi lámpara de noche que le daba una tenue luz a la instancia
Me acosté a su lado y me tape con las frazadas, me hallaba mucho más calmada y tranquila, pero el miedo permanecía haciendo llagas dentro de mi ser. El trato con Michael era reunir las pruebas suficientes para destruir a Byron y todos sus secuaces, en conclusión era el mismo, sólo que había reclutado un nuevo aleado
Uno que era impaciente, precipitado, inoportuno, y de mecha corta. Todas esas cualidades me preocupaban, además de la reacción de Mirian al enterarse que había vuelto mi cómplice al hermano de mi enemigo
Todo eso me dejaba muy en claro lo loco que podía llegar a ser el destino
Para cuando volví a abrir mis ojos Byron no se encontraba en la habitación, así que tras tomar un baño y maquillar mi rostro golpeado baje al primer piso de la casa
Mis ojos conectaron de inmediato con los de Michael que me observaba con una intensidad escalofriante, era incómodo caminar con semejante peso. Nina se hallaba sonriente mientras que barajaba un mazo de cartas sobre la mesa, Harris como de costumbre veía deportes, y Nerea me veía con esa poca aceptación que sentía hacia mí
Algo que realmente no me importaba
Byron no estaba en casa, lo comprobé luego de buscarlo por todos lados y chocar de frente con Michael, que con picardía me susurro al oído
—Salió desde muy temprano
Me aparté como si de fuego se tratase, debía de tener mucho tacto con él, pero sobre todo con la cercanía que comenzaba a florecer, y la forma en que los demás podrían reaccionar al vernos
—¿Estás mejor?—notó cómo me empeñaba en apartarme, pero no le importó mucho, cómo solía ser la mayoría de las veces
—Sólo un poco —respondí llevándome la taza de café a los labios
—Debes de acercarte más a Byron —aconsejó, pero era más bien como una orden
—No eres tú quien manda aquí —respondí con calma devolviendo la taza de café a la mesa
—Y no quiero serlo, sólo digo que si realmente planeas acabarlo —se volvió a acercar, tanto, que su respiración rozaba mi nuca —Debes de esforzarte un poco más —susurró
—¿Por alguna casualidad estás insinuando que no soy buena en lo que a la relación personal con tu hermano respecta? —inquirí solo para comprobar que lo que había entendido era lo él que había dicho
—Exactamente —aseguró
—!Disculpa¡ —me amotiné del asiento para quedar a su altura, pero eso nunca lo conseguí porque Michael era muchísimo más alto que yo
—No lo tomes personal, quizás no seas tú la del problema. Sino mi hermano —poco a poco el tema se iba descarriando, sabía el lugar exacto al que quería llegar, y no estaba muy segura de poder salir de allí
—Si tienes tantas dudas, ¿porque no pruebas con él? —lo reté, y pude disfrutar como se le tensionaba la mandíbula
Sonreí alegre al lograr mi objetivo, y estuve por hacer mi salida triunfal cuando su mano me detuvo
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Paola © [+18]
Random*COMPLETO* Él llegó a mi vida para mostrarme el lado oscuro y perverso del universo. Sexo salvaje y violento Placer y pecado Destrucción y salvación Todo y nada Convirtiéndome así, en la luz de su oscuridad ••••••••••••••• Paola es entregada a Byr...