Capítulo 6

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Bert se convirtió en el compañero de borracheras de Gerard, con el que últimamente decidía pasar todos los fines de semana, porque siempre lo invitaba a alguna fiesta donde obviamente el alcohol no podía faltar.

Eran pocos los momentos que el pelinegro pasaba al lado de Frank, pues todo su tiempo y su atención eran para Jamia, por lo que poco o nada se enteraba de lo que Gerard hacía o dejaba de hacer. Gerard tampoco le platicaba ya nada sobre su vida, ya que de a poco se habían vuelto tan distantes, donde los únicos temas de conversación eran los trabajos escolares, pues el único sitio en el que se veían era en la preparatoria.

Si bien Gerard buscaba distraerse al beber de más y no pensar en Frank, algunas veces terminó llorando en el hombro de Bert por su causa y aunque no se animaba a decirle concretamente por qué o por quién eran aquellas lágrimas que escurrían por sus mejillas, era más que obvio que era por un amor no correspondido.

- Es que él no me quiere -decía Gerard entre sollozos, mientras sostenía un vaso de alcohol en una mano y ocultaba su rostro en el cuello de Bert

- Pues es un tonto por no apreciar al chico tan lindo que eres -respondió Bert

- Ahora sólo me ignora

Bert se dedicaba a consolar a Gerard cuando éste se sentía mal, pues aunque siempre ambos se encontraban ebrios, hallaba algunas palabras de aliento para su amigo y de vez en cuando le daba algunas que otras cosas, como "pastillas mágicas" para que se olvidara de todo y la pasara bien.

Sin embargo en aquellos días en los que ambos se reunían únicamente para embriagarse, Bert quedó embelesado de la belleza de Gerard, le encantaban sus ojos verdes, su pequeña nariz, sus delgados labios, su cabello negro azabache que siempre lucía arremolinado, su pálida piel que se sonrojaba cuando le hacía algún cumplido. Le gustaba lo tímido que se comportaba cuando se encontraba sobrio y cómo su estado de ánimo cambiaba conforme el alcohol iba ingresando a su organismo. Le encantaba que lo abrazara cuando estaba ebrio y que dejara que le besara las mejillas y lo tomara de las manos.

Ambos estaban completamente perdidos en el alcohol, Bert trató de persuadir a Gerard para que éste aceptara ser más que su amigo, pues aunque él no era cursi ni nada por el estilo, se moría por probar los labios del pelinegro y por poder hacer con él otras tantas cosas que le permitiría sólo si fuera su novio.

- Gerard, entonces nosotros ¿qué somos? -le preguntó Bert

- Amigos, eres mi mejor amigo -le respondió Gerard abrazándolo y riendo como un idiota por todo el alcohol que estaba presente en su organismo

- Pero yo quiero algo más Gee

- ¿Algo más? -preguntó Gerard con desinterés

- Sí, tú me gustas -Gerard sólo se río. Tal vez en sus cinco sentidos se habría puesto nervioso y sus manos habrían comenzado a sudar, pero estaba tan ebrio que todo le parecía tan gracioso, hasta una declaración de amor

- Sí, tú también me gustas Bert- aunque se refería a que le gustaba como amigo. Sin embargo Bert se apresuró a tomar su rostro entre sus manos y juntar sus labios con los suyos. Gerard no supo cómo reaccionar, aquello lo había tomado por sorpresa.

A la mañana siguiente Gerard sentía un fuerte dolor de cabeza y como no, si se había puesto demasiado ebrio. Pronto las imágenes de la noche anterior llegaban a su mente como balde de agua fría, él y Bert, Bert le confesó que lo quería y lo había besado. Pensó que después de todo no había estado tan mal y siempre y cuando estuviera fuera de sí y completamente alcoholizado, podría aceptar que Bert y él fueran algo más.

Recordó que él no tenía a nadie, Frank ya estaba con Jamia, qué más daba, además ni siquiera se enteraría, no tenía por qué saberlo como no se enteraba de sus borracheras constantes todos los fines de semana ni de nada de lo que actualmente pasaba en su vida. Ya ni siquiera tenían tanto contacto como antes, aquellos mensajes de "buenos días" y los mensajes nocturnos con emoticones y deseándose el uno al otro dulces sueños y diciéndose cuánto se querían, hace tiempo que habían desaparecido. Ya no importaba, ya nada importaba.

Frank ¿Me quieres? (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora