Capítulo 12

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Narra Gerard

Frank me acorraló en el baño de aquella fiesta y maldita sea, insistía con lo mismo, que por qué bebía tanto, que por qué había cambiado y ahora hasta cuestionaba mi relación con Bert. Ciertamente ni yo mismo sabía bien qué hacía al lado de Bert, pero es que él me hacía sentir que había alguien a quien le importaba, pues durante toda mi vida había sido un chico solitario, hasta antes de que Frank llegara y se convirtiera en mi inseparable amigo, aunque todo aquello cambió cuando comenzó a salir con Jamia, él se alejó de mí y yo opté por poner esa distancia entre nosotros, porque ya no soportaba su cercanía, sentía que en cualquier momento iba a ceder a lo que sentía y terminaría besándolo, lo cual sería bastante bochornoso sabiendo que él no siente nada por mí.

Sin embargo no pude soportar estar sin Frank, esa distancia entre nosotros, fue por ello que empecé a ir a fiestas, a emborracharme para olvidarme de todo, y qué mejor que hacerlo en compañía de alguien y no en mi patética soledad, fue por ello que acepté a Bert, quien era lindo, me hacía sentir bien y me acompañaba en mi vicio.

Pero esa maldita noche tenía que aparecerse Frank en aquella fiesta para cuestionarme por qué hacía lo que hacía, estaba algo ebrio, por lo que me armé de valor y le hice la estúpida confesión que tanto me pedía, le revelé que lo amaba, él se quedó callado como un tonto, ni siquiera pudo decirme nada, y yo salí de ahí y estúpidamente fui a refugiarme en los brazos de Bert, a quien obviamente no le iba a decir que lloraba por alguien más.

Odié tanto que Frank no me dijera nada, que simplemente se quedara como un tonto, callado, mirándome como si hubiese visto un fantasma, dejándome ver lo que tanto me temía, que nunca había sentido nada más por mí, que yo no le importaba.

Bert me incitó a continuar bebiendo, cosa que estaba bien, sólo quería beber y quizás consumir algo más, hasta perder el conocimiento, hasta olvidarme de Frank, no quería pensar más en él y en lo que le había confesado, que al final del día ya no tenía nada qué perder, Frank y yo ya ni siquiera éramos tan cercanos como antes, nuestra amistad de a poco se había roto, lo poco que teníamos había desaparecido, creo que si me dejaba de hablar por confesarle mis sentimientos ya no sería tan duro, al fin y al cabo ya había experimentado lo que era su indiferencia.

Bebí y bebí tanto que no supe más de mí, no supe cómo fue que llegué a mi casa y por qué Frank amaneció en mi cama ¿Qué había hecho?. 

Frank ¿Me quieres? (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora