Capítulo 26

81 9 0
                                    

Frank estaba desesperado, pues aquella llamada lo había dejado completamente alterado, escuchar a Gerard discutir con Bert y después este último le habría arrebatado el celular a su novio para decirle una sarta de sandeces. Frank se sentía tan impotente al no poder hacer nada, marcó de nuevo a Gerard, pero no obtuvo respuesta, después llamó con desesperación a Ray, pero éste no contestaba, fue entonces que buscó el número de Mikey.

- Vamos Mikey, contesta, maldita sea -decía Frank al otro lado del teléfono

- ¿Hola? ¿Frank?

- Mikey, qué bueno que me contestas

- ¿Qué pasa Frank?

- ¿Estás con Gerard?

- Eh... sí, estamos en la casa de Ray

- Pero ¿estás con él ahora?

- No, hace rato que no lo veo

- Búscalo por favor, Bert está con él

- ¿Bert?

- Mikey, sólo hazme caso, búscalo, él debe de estar ahí, ese idiota lo tiene, le va a hacer daño

- Ok Frank, ahora lo hago

Mikey colgó el teléfono, dejó lo que estaba haciendo y comenzó a buscar desesperadamente a su hermano entre la multitud, sin lograr encontrarlo, cómo iba a hacerlo con tanta gente en aquel lugar, sin embargo logró visualizar el cabello afro de Ray, por lo que rápidamente empujó a todos aquellos que se interponían en su camino y se aproximó hacia éste.

- Ray, ¿has visto a mi hermano?

- ¿Qué no estaba contigo?

- Al parecer está con Bert

- ¿Qué? ¿Ese imbécil está aquí?

- Sí, sí, luego te explico, hay que encontrarlos

Ambos comenzaron a buscar por toda la casa de Ray a Gerard o algún rastro de Bert, pasando desde la sala, la cocina, el patio, sin tener éxito. Por su parte, Frank estaba impaciente al no tener noticias de su novio, sintiéndose tan impotente de no poder hacer nada para ayudarlo, pensando sólo lo peor, seguramente ese imbécil le estaría poniendo las manos encima, golpeaba la pared de su habitación lleno de coraje al no poder hacer nada al respecto.

Gerard yacía sobre una cama dentro de alguna de las habitaciones de la casa de Ray, cuando abrió los ojos y sintió la lengua de Bert recorriendo su cuello. Trató de incorporarse buscando alejar a Bert, pero éste lo tomó de los brazos.

- ¿Qué haces? ¡Déjame!

- Te dejaré después de que hayas sido mío

- No, ya déjame Bert

- No te voy a dejar, cariño -respondió Bert acercándose a los labios de Gerard y besándolo de forma agresiva. El pelinegro luchaba por soltarse del agarre de Bert, pataleando y tratando de mover sus brazos, pero pronto recibió un nuevo golpe por parte de éste.

- Cálmate ya cariño, que no quiero tener que volver a golpearte y arruinar esa linda carita que tienes

- Déjame ir Bert, por favor, estás drogado

- Ya te dije, sólo quiero que seas mío, después te dejaré ir -mencionó Bert, quien fue llevando sus manos debajo de la ropa de Gerard para intentar quitársela, mientras éste último solamente se quejaba.

Bert logró quitarle la sudadera a Gerard, dejando su torso desnudo y comenzó a acariciarlo, para después dejar húmedos besos en éste, sujetaba a Gerard de los brazos, impidiéndole moverse, sin embargo, una vez que subió para besar sus labios de nuevo, el pelinegro aprovechó para darle un rodillazo, no obstante, esta vez las cosas no salieron bien y lo único que logró fue que Bert le propinara otro golpe en el rostro.

Gerard forcejeaba, pero no lograba soltarse del agarre de Bert, por lo que se sintió vencido y dejó que las lágrimas comenzaran a correr por sus mejillas, lamentándose tanto por lo que estaba ocurriendo, por haberse puesto tan ebrio y por no poder hacer nada para impedir que Bert hiciera lo que quisiese con él. Tenía los ojos cerrados mientras que Bert lo besaba y lo tocaba, trató de imaginarse por un momento que se trataba de Frank pero no, su Frank sin duda no lo tocaría de esa manera ni lo besaría de una forma tan agresiva, por lo que no pudo evitar que las lágrimas siguieran corriendo por sus mejillas, sintiendo el peso de Bert sobre su cuerpo y cómo poco a poco lo iba despojando de toda su ropa.

Un estruendoso sonido lo hizo salir de su trance, escuchó la puerta abrirse de golpe y le pareció reconocer la voz de quien había ingresado a aquella habitación.

- Imbécil ¿qué estás haciendo? - Dijo aquella voz. Dejó de sentir el peso de Bert sobre él. Escuchó unos golpes, después alguien se acercó a él para cubrir su cuerpo semidesnudo con una manta.

- ¿Estás bien Gee? ¿Te hizo algo ese imbécil? - Fue entonces que abrió los ojos y se encontró con Ray. Miró a su alrededor y vio que Bert yacía inconsciente en el piso de aquella habitación.

- Perdóname Gee por dejarte solo, por hacer esta tonta fiesta, por no cuidarte de ese idiota

- Estoy bien – Mencionó Gerard casi sin aliento, pues los golpes de Bert y el forcejeo para zafarse de su agarre lo habían dejado exhausto.

- Ya pasó, vas a estar bien Gee - Comentó Ray, sin embargo Gerard ya no dijo nada más, sólo miró a su amigo, se sintió tranquilo y seguro a su lado y cerró los ojos, dejándose caer en un profundo sueño.  

Frank ¿Me quieres? (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora