Capítulo 25

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Ray regresó a la ciudad después de dos semanas de vacaciones, y lo primero que hizo fue encontrarse con la sorpresa de que Gerard se había puesto a trabajar durante el verano.

- Gee, de verdad me da mucho gusto que te hayas puesto a hacer algo productivo

- Pues ya ves Ray, en algo tenía qué ocuparme

- Oye, qué te parece si para festejar y para que te relajes un poco, organizo una pequeña reunión en mi casa este fin de semana

- No sé Ray, tus reuniones siempre terminan en grandes fiestas

- Vamos Gee, te hace falta relajarte y obviamente yo te cuidaré

- Mmm, está bien Ray, pero en serio, invita a poca gente

- Claro amigo, no te preocupes

El fin de semana llegó y aquella reunión se convirtió en una gran fiesta, pues como siempre, se corrió la voz de que Ray Toro organizaría una "pequeña reunión" para celebrar que el verano aún no terminaba y restaban todavía varios días para regresar a la realidad y volver al estrés de las tareas y los exámenes.

Gerard llegó junto con Mikey a aquella "reunión" que se había convertido en un gran festejo.

- Vaya, Ray sí que sabe hacer buenas fiestas

- Le dije que hiciera algo pequeño, pero siempre termina dejando entrar a medio mundo

- Ya Gerard, no seas aguafiestas, vamos a divertirnos

- ¿Y cómo se supone que encontraremos a Ray entre tanta gente?

- Tú sólo sígueme hermano, y no te me pierdas de vista, porque ya sé cómo terminas en cada fiesta

- Hoy no beberé

- Ajá, eso dices siempre

- Bueno, sólo un poco, pero vamos a buscar a Ray

Gerard y Mikey se adentraron en la casa del afro para buscarlo, encontrándolo conversando con varias personas a las que ni siquiera conocían.

- Gerard, Mikey, qué bueno que vinieron -dijo Ray con una gran sonrisa en los labios

- Oye, sí que te salió eso de la "pequeña reunión" -dijo Gerard con sarcasmo

- Vamos Gee, no es para tanto, relájate, nos la vamos a pasar bien

Sin embargo, aunque en un principio estaban juntos, pronto Ray se dispersó entre la multitud, mientras que Mikey de igual forma se fue con algunos conocidos, dejando a Gerard solo en medio de aquella fiesta, por lo que decidió salir al patio trasero, donde no pudo evitar sentirse nostálgico, pues ahí había pasado tan buenos momentos con su Frank, comenzó a extrañarlo, a sentir de nueva cuenta aquel dolor en su interior, por lo que decidió volver a entrar a la casa e ir a la cocina en busca de algo de alcohol, en verdad que lo necesitaba, necesitaba olvidar, necesitaba sentirse bien.

De un momento a otro Gerard ya se encontraba completamente ebrio, sentado en el sofá, cuando de repente escuchó una voz conocida a su lado.

- Hola cariño, qué gusto verte -dijo esa voz. Gerard se volteó sólo para descubrir que era Bert quien estaba en su costado

- ¿Tú? ¿Qué haces aquí? -preguntó Gerard algo confuso, pues estaba tan ebrio que ya ni siquiera sabía lo que pasaba a su alrededor

- ¿Ya olvidaste que me encantan las fiestas? Y veo que a ti también te siguen gustando

- Sólo un poco

- Veo que no está por aquí tu amiguito el enano

- Él se fue -mencionó Gerard con algo de tristeza

- Oh ¿De nuevo te dejó sólo? -preguntó Bert con sarcasmo, sin embargo Gerard no respondió y sólo dejó que las lágrimas comenzaran a correr por sus mejillas

- Pero no te preocupes amor, que yo estoy aquí -le dijo Bert, quien se apresuró a tomar su rostro con sus manos para plantarle un beso en los labios, al cual Gerard trató de resistirse sin éxito, para finalmente dejar que Bert hiciera con él lo que quisiera. Cuando se separaron el pelinegro le cuestionó:

- ¿Por qué haces eso?

- Porque me encantas, creí que ya lo sabías

- Yo tengo novio

- Un novio que te dejó aquí solo, como siempre te ha dejado y te ha ignorado

Gerard no pudo evitar que las lágrimas nuevamente volvieran a recorrer sus mejillas, sollozando en tanto continuaba bebiendo su vaso con alcohol. Gerard buscó su celular en sus bolsillos, cuando lo encontró comenzó a buscar el número de Frank, aunque le costaba tanto hacer aquello encontrándose completamente ebrio, cuando lo localizó marcó y el timbre empezó a sonar, por lo que tambaleándose se levantó de aquel sillón con el vaso de alcohol en su mano e ignorando por completo a Bert.

Después de varios segundos la voz de Frank se escuchó al otro lado del auricular.

- ¿Gee?

- Frankie, te extraño -dijo Gerard sollozando

- ¿Estás bien amor?

- No, te extraño

- ¿Estás ebrio?

- Un poquito

- Pero dijiste que ya no beberías

- Pero te extraño Frankie

- Yo también mi Gee, pero no debes de ponerte así, ¿dónde estás? ¿Estás con Ray?

- Estoy en su casa, pero no sé dónde está -dijo Gerard con una risita

- ¿Es la dichosa reunión? ¿Se salió de control como siempre, verdad?

- Sí Frankie, ven por favor

- Gee, sabes que no estoy en la ciudad

- Pero quiero verte

- En unos días estaré de regreso

- Te amo Frankie

- Yo también Gee, mucho

Gerard se había alejado de la multitud para poder hablar con Frank, subiendo a la planta alta de la casa de Ray, sin embargo Bert lo había seguido, por lo que de un momento a otro el pelinegro, quien continuaba hablando por teléfono, fue sorprendido por Bert, quien lo acorraló contra la pared.

- ¿Qué haces?

- Pues quiero estar contigo amorcito

- No, suéltame, estás loco

- Pero por ti

- Ya vete

- ¿Con quién hablas tanto? ¿Con tu noviecito? -preguntó Bert, quien sujetó a Gerard de los brazos y le arrebató el celular, se lo puso en el oído y dijo "Hola Frankie, esta noche se lo voy a hacer a tu noviecito mejor de lo que tú se lo haces. Bye", colgó y arrojó el teléfono a ningún lugar en específico

- ¿Qué haces idiota?-dijo Gerard visiblemente molesto, intentando soltarse del agarre de Bert

- Ya oíste, te lo voy a hacer mejor que tu estúpido noviecito

- No, suéltame imbécil -mencionó el pelinegro forcejeando, sin embargo Bert, quien estaba alcoholizado y drogado, le soltó una fuerte cachetada que dejó a Gerard fuera de combate.

Bert tomó a Gerard del cuello, se acercó a su boca y comenzó a besarlo de una manera desenfrenada, guiándolo hasta una de las habitaciones que se encontraban en la planta alta de la casa de Ray.  

Frank ¿Me quieres? (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora