Capítulo 13

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Narra Frank

Gerard me confesó que me amaba, no me esperaba que él sintiera algo así por mí. Sin embargo ante su confesión me quedé paralizado como un idiota y en vez de ir a buscarlo me fui con Jamia, aunque afortunadamente ella pronto quiso irse de aquella fiesta, lo cual agradecí. La llevé a su casa, no obstante cuando iba rumbo a la mía pedí al taxista que desviara el rumbo y me regresara a aquella casa donde se llevaba a cabo la dichosa fiesta, necesitaba ver a Gerard, hablar con él, porque estaba seguro que ni siquiera podría conciliar el sueño pensando en todo lo que me había dicho.

Volví a aquella casa y me adentré a ésta, me dirigí hacia aquel viejo sillón donde había visto a Gerard hace unas horas y efectivamente, él continuaba ahí, completamente fuera de sí, estaba con Bert bebiendo y bebiendo, sin embargo lo que me sorprendió fue cuando vi que inhalaba algunas líneas blancas que estaban sobre la mesa frente a aquel sillón. Gerard se estaba drogando y ahora sabía por qué lo hacía, para olvidarse de mí, no pude evitar sentirme tan mal al verlo hacer eso, al verlo perdido entre el alcohol y las drogas, sin embargo no quería acercarme, pues Bert estaba junto a él.

Me quedé ahí como idiota mirando, fui por un trago para armarme de valor, pues tenía que hablar con Gerard sobre lo que me había dicho horas antes. Esperé a que Bert lo dejara solo para poder acercarme a él. Cuando lo hizo fui hacia donde se encontraba, estaba completamente perdido.

- Gee

- Hola Frankie -me dijo con una risita. Su cabello estaba revuelto, cubriendo gran parte de su rostro

- Gee, no estás bien, tengo que llevarte a casa

- ¿No quieres beber algo conmigo?

- No Gee, estás muy ebrio, vámonos por favor- Gerard se acercó más a mí y me abrazó

- Te amo Frankie -me dijo al oído. Aquellas palabras hicieron que me estremeciera. Tenerlo así, entre mis brazos, me estaba volviendo loco ¿acaso yo también estaba enamorado de él?

- Yo también mi Gee -ni siquiera sé por qué le dije eso. Sin embargo, mientras tenía a Gerard entre mis brazos llegó Bert.

- No sabía que seguías aquí Frank y tan cerca de mi novio

- De todas formas ya nos vamos Bert

- Oh, qué mal, nos despides de tu novia

- No, ella ya se fue, nos vamos Gerard y yo

- Pero qué mierda, Gerard se queda conmigo

- No, él se va, ve cómo está

- Está pasándola bien, ¿verdad amor? -Gerard solo nos miraba, se veía algo confundido, sin embargo no iba a dejarlo ahí en aquel estado.

- Si tú quieres seguir tomando y metiéndote esas cochinadas está bien, pero Gerard se va

- Quién te has creído maldito enano

- Soy su amigo

- Y yo su novio, estúpido

- Oye, yo no soy de tu propiedad y yo me voy con quien yo quiera -intervino de pronto Gerard

- ¿Qué dijiste?, ¿te vas a ir con este imbécil? Eres una maldita perra fácil -No soporté que le dijera aquello a Gerard, por lo que me apresuré a lanzarle un puñetazo en la cara

- Pero qué mierda maldito enano -dijo Bert, quien trató de incorporarse, pero estaba tan ebrio y drogado que no pudo hacerlo, quedándose tirado en el piso diciéndonos un montón de estupideces más. Ayudé a Gerard a ponerse de pie y pedí un taxi para que fuera por nosotros, al tiempo que le avisé a mi madre que nuevamente me quedaría a dormir en casa de Gerard.

Cuando abordamos el taxi, Gerard se acurrucó en mi pecho, se sentía tan bien tenerlo así, a un lado de mí, sintiendo su calor, respirando su olor que estaba mezclado con el del alcohol y la nicotina. Al llegar a su casa tuve que buscar en sus bolsillos la llave para poder entrar. Ingresamos, subimos las escaleras y llegamos hasta su habitación.

Como pude puse a Gerard en la cama y nuevamente le ayudé a quitar sus tenis, cuando desabroché su pantalón para quitárselo y que durmiera más cómodo, Gerard comenzó a hablar.

- Frankie, ¿qué haces?

- Pues te quito la ropa para que duermas cómodo

- Ah, eso, pensé que querías... estar conmigo

- Pues estoy aquí contigo Gee

- No, estar... ya sabes – Sabía a lo que se refería, por lo que no pude evitar sonrojarme

- No Gee, es hora de dormir

- ¿No me quieres?

- Sí te quiero, pero no vamos a hacer nada, estás muy ebrio

- ¿Te doy asco?

- No Gee, eres hermoso -no sé ni siquiera por qué le dije eso.

- ¿En verdad lo crees?

- Sí, claro, pero ahora déjame quitarte el pantalón para poder dormir -Con algo de nervios retiré su pantalón y lo dejé únicamente con su playera y sus boxers, no pude evitar sentir algo extraño al verlo así, incluso pude notar que un bulto comenzaba a formarse bajo mis pantalones. En verdad que Gerard me provocaba tantas cosas que ni siquiera imaginaba. Pronto yo también me apresuré a quitarme los tenis y el pantalón para posteriormente meterme a la cama junto con Gerard, sin embargo ahora tenerlo así, tan cerca, me ponía tan nervioso. Él volteó a mirarme y yo hice lo mismo, quedándome por unos minutos embobado contemplándolo y me perdí en sus ojos verdes, nos acercamos más y más y no supe en qué momento nuestros labios se encontraron y nos hallábamos inmersos en un apasionado beso que hizo sentir fuegos artificiales en mi interior. Sus labios eran tan suaves. Nuestras lenguas se encontraron. Llevé mis manos hasta su cabello, luego fui bajando por su espalda hasta llegar a su cintura, introduje mis manos por debajo de su playera, pude sentir su piel tan suave y cálida, en verdad me estaba enloqueciendo. Él de igual forma introducía sus manos por debajo de mi playera, sin embargo no me iba a aprovechar de él, estaba completamente ebrio y drogado, y no era el momento para aquello, por lo que una vez que nos separamos para tomar aire sólo pude decirle:

- Hay que dormir Gee -Él sólo asintió y se acurrucó entre mis brazos y pronto se quedó dormido, mientras que yo me quedé un rato más tratando de digerir todo lo que acababa de ocurrir y con una molesta erección debajo de mi ropa interior.

Frank ¿Me quieres? (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora