Capítulo 5: Escándalo

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Solo había una cantina en el pueblo. Cualquiera pensaría que eso facilitaría la búsqueda de información pero Kazue estaba consciente que esto en realidad se la pondría difícil.

El que hubiera un solo lugar de entretenimiento significaba que encontraría ahí a toda la gente del pueblo que buscaba alcohol. Y en su experiencia cuando no había nada mas que hacer, la gente llenaba el vacío con excesos y chisme. ¿Y qué mejor chisme que el ver una forastera en el único lugar con alcohol? Sería imposible mantener un perfil bajo así que no iba siquiera a intentarlo.

Se sentó en una esquina de la barra y pidió una bebida liviana. Notó uno que otro hombre cuya sonrisa pervertida se desvanecía al notar la espada. La intención de Kazue esa noche no era hablar sino escuchar desde su posición lo que hablaba la gente al pasar.

La parte más dura era discernir las conversaciones útiles entre tanto ruido. Tenía que ignorar las historias de mujeres quejándose de sus novios, de las pláticas de hombres desagradables, las anécdotas de amigos, los ancianos comentando los problemas de administración y demás.

Era tedioso, pero al menos mantenía su mente alejada de sus propios asuntos.

Sacudió la cabeza. No quería pensar en Kakashi Hatake ni en la señora Machiko, ni en lo que tuvo que hacer para prevenir un escándalo con ellos.

Tomó un sorbo de su trago, debía relajarse y concentrarse.

–Hola, linda.– saludó un joven que, a juzgar por sus rojas mejillas, se había armado de valor con el alcohol. –¿Qué haces aquí tan sola?–

–Pensar que hago con un hombre que me molestó.– sonrió ella dando unos toques a su espada con sus dedos. El joven ebrio tragó saliva.

–¿Tu novio te engañó o algo así?–

–Algo así.–

–Buena suerte.– deseó nervioso el joven y volvió con sus amigos.

Kazue tomó otro sorbo de su bebida. Llevaba un largo rato ahí, tratando de no acabarse el vaso para no tener que comprar más. Acababa de recuperarse de una resaca y realmente no quería beber esa noche, pero si se seguía tardando en escuchar algo útil, tendría que hacerlo para cubrir apariencias.

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Shikamaru salió del baño, dispuesto a irse a la cama, cuando notó a la señora Machiko caminar por el pasillo rumbo al cuarto de la samurai.

–Señora ¿qué hace?– preguntó el ninja con un bostezo. Intentaba verse lo más inocente posible para ocultar que estaba encubriendo a la samurai.

–Aaay es que realmente necesito hablar con la señorita Tachibana. No podré hacerlo mañana frente a mi esposo.–

Como Kakashi ya había puesto a Shikamaru al tanto de la situación con la señora, el joven ninja podía hacerse una idea del por qué.

–Ya debe estar dormida. Será mejor no molestarla.–

–Solo será un momento.– ignoró la mujer retomando el paso.

–La señorita es terrible cuando la despiertan.– Shikamaru intentó alcanzarla pero fue tarde.

–Soy su anfitriona, no puede ignorarme.– insistió ella tocando la puerta –Disculpe, señorita Tachibana. ¿Podría darme un momento?– no hubo respuesta, Shikamaru sudó frío –¿Señorita Tachibana?–

–Tiene el sueño muy profundo.– excusó el ninja.

–¡Señorita Tachibana! Abra por favor.– llamó la señora levantando la voz. –¡Despierte!–

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