Capítulo 20- Devastación

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Nuevamente estaba siendo cargada y llevada por Kakashi. Anterior a esa noche, esto le hubiera dado pena o le hubiese fastidiado, pero Kazue de repente se sintió muy débil como para protestar.

Si el que Eiji la hubiese usado de escudo humano fue algo a lo que no le dio su debida importancia en un principio, la reacción de Kakashi a eso le hizo sentir el peso del asunto. Iba a casarse con un hombre al que no le importaba su vida cuando justo estaba a su lado alguien que estaba siempre al pendiente de ella.

Kazue abrazó a Kakashi, aprovechando la posición para ocultar la cara en el hombro del ninja, aún muy orgullosa como para que él viera que ella quería llorar.

–Lo siento.– dijo Kazue en un hilo de voz.

Lamentaba haber sido grosera en un inicio, lamentaba poner distancia entre ellos, lamentaba no haberlo defendido del señor Akihiro y no haber dicho nada a Eiji. Y sobretodo lamentaba haberse comprometido con otro cuando se estaba enamorando de él.

Kakashi se detuvo en la terraza del hotel donde se estaban quedando. La bajó pero no la soltó por completo, sosteniéndola de los hombros cerca de él.

–¿Estás bien?– preguntó Kakashi buscando su mirada, que ella mantenía agachada por la pena.

–Sí, gracias a ti.– aceptó ella aún cabizbaja. Inhaló profundo, haciendo un esfuerzo para calmar sus emociones y volver a los negocios. Tenían demasiadas cosas qué hacer e investigar como para distraerse por sus sentimentalismos. –¿Por qué nos atacaron? ¿Ocurrió algo mientras no estuve?–

Ahora fue Kakashi quien agachó la cabeza meditabundo, eso le hizo saber a la chica que algo no estaba bien.

–Creo que deberíamos ir adentro y que te calmes primero antes de...–

–Hatake.– interrumpió ella con un tono firme pero gentil. –Esto ya no es solo un caso cualquiera, también involucra mi vida personal. Tengo que saber si hay algo mal con la familia Akihiro.–

Kakashi suspiró con pesadez y se colocó la mochila sobre un hombro para sacar algo de ella.

–Shikamaru encontró a la madre de Nozomi y pruebas que vinculan al señor Akihiro con los Jashinistas, pero no de la forma que pensamos.– explicó el ninja copia pasándole un pergamino.

Kazue lo tomó y se acercó a la luz de la puerta para verlo bien. Eran instrucciones de donde ubicar ciertos números de tropas, nada muy fuera de lo normal, ese tipo de textos le eran familiares.

¿Familiares? Eso no debía ser...

Fue entonces que se dio cuenta.

–Esta... es la letra de mi maestro.– dijo Kazue sacando el aire que inconscientemente estuvo sosteniendo. Horrorizada volteó a ver a Kakashi quien lucía absolutamente miserable al escuchar eso.

–Entonces lo que nos dijeron es verdad.– supo él con una pesadez que la angustió más. –El General Honda ha estado usando el compromiso como excusa para reunirse con Akihiro y enviar mensajes a los Jashinistas a través de él.–

Kazue sintió un vacío enorme bajo sus pies, como si de repente en vez de concreto estuviera parada sobre una rama hueca a punto de quebrarse. Dejó caer el pergamino y tuvo que sostenerse de la puerta para no caerse.

–D-debe haber un error... mi maestro no podría...– balbuceó ella, el aire abandonaba sus pulmones y sentía que si decía más iba a dejar de respirar.

–Sé que esto es mucho pero necesito que mantengas la calma.– pidió Kakashi acercándose y ayudándola a sentarse. –Inhala y exhala conmigo.–

Aún temblorosa, Kazue intentó imitar el ritmo de respiración de Kakashi, pero su mente seguía desviándose a otros pensamientos abrumadores. ¿Y si el General en verdad era un traidor? ¿Para qué la comprometía con otro criminal? ¿Eiji sabría algo? ¿Le habían estado viendo la cara de tonta todo este tiempo? ¿Todo lo que dijo su maestro sobre ser una familia era una mentira? ¿Estuvo dispuesta a casarse por el bien de una familia falsa?

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