Capítulo 4: Espionaje

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Después de una buena noche de sueño, Shikamaru y Kakashi bajaron a comer el desayuno complementario de la posada en que se hospedaban.

–¿Y Kazue?– preguntó Shikamaru tras unos minutos.

–¿Quieres ser tú el que la despierte?– refutó Kakashi y el joven negó con la cabeza. Ambos sospechaban que despertarla solo la pondría de mal humor.

–La señorita ya lleva un largo tiempo despierta.– comentó la anciana dueña del lugar –Comió y regresó a su habitación.–

Esto le pareció peculiar al ninja copia pues considerando lo agotada y enferma que estaba el día anterior juraría que iba a dormir más.

Al terminar su comida fueron por sus cosas a la habitación y una vez listos para salir tocaron en la puerta de Kazue. Cuando ella abrió se llevaron una sorpresa.

–Buenos días.– saludó la samurai fresca y sonriente.

Ambos hombres parpadearon dos veces, incrédulos ante el cambio de actitud. Kakashi no recordaba haberla visto sonreír alguna vez en su vida.

–B-buenos días.– se atrevió a responder Shikamaru, sospechando que su charla de la noche anterior tuvo algo que ver. –¿Estás lista?–

–Sí, dame un momento.– pidió Kazue regresando adentro por su bolsa y su katana. –Podemos irnos.–

Pagaron las habitaciones y Kazue indicó el camino hacia el siguiente pueblo. Los ninjas no sabían qué decir y estaban indecisos de si cual Kazue les asustaba más, la alegre o la enojada.

–Hatake ¿recuerdas al alcalde con el que nos reuniremos?– preguntó la samurai pasado un rato, ella también había tenido problemas encontrando de qué hablar así que se decidió por los negocios.

–Emm se llamaba... Tomoki ¿no?– Kakashi recordaba al hombre de bigote largo en la cena del Señor Feudal, era uno de los pocos que no se oponían a su nombramiento como Hokage.

–Podrá parecer fácil conseguir su simpatía ya que te apoyó en la junta, pero dudo mucho que vaya a darle mucho trabajo a los ninja.– comentó Kazue.

–¿Desconfía de nosotros?– quiso saber Shikamaru.

–No, es tan solo un mal administrador. Le da lo mínimo necesario al pueblo para que no se quejen, pero el resto lo gasta en los caprichos de su esposa. Es a ella a quien te tienes que ganar.–

–¿Qué clase de mujer es?– preguntó el ninja copia.

–Es una mujer rica de la ciudad a la que su esposo le hizo grandes promesas, pero solo les dieron un pequeño pueblo el cual cuidar. Sus únicas diversiones son el chisme y las compras. Se enorgullece mucho de las prendas que importa y usa cualquier oportunidad para presumirlas.–

–Una visita del futuro Hokage sería una de esas oportunidades.– adivinó Shikamaru y Kazue asintió.

–Halaga su ropa, maquillaje y decoración. Tendrá una buena impresión de ti e intercederá con su esposo cuando necesites algo.–

–Eso no suena difícil.– aceptó Kakashi – ¿Y tú qué harás con tu investigación?–

–Precisamente por lo de su esposa el señor Tomoki compra a lo grande cuando va a la capital. Sería sencillo para él mover otros tipos de mercancía y personas desapercibidas entre tanta cantidad. Buscaré a los empleados de las carretas.–

Kakashi y Shikamaru quedaron conformes con la explicación. El joven Nara debía admitir que al escuchar que ella era prima de Naruto llegó a subestimarla en inteligencia; la pensó quizás astuta en combate como el rubio pero ahora podía percatarse que ella estaba mucho más al pendiente de sus alrededores que incluso él. Era un tipo diferente de inteligencia con el que no se había encontrado.

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