Capítulo 10: Humillación

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El alcalde guió a Kakashi por el pueblo en un silencio casi sepulcral. Eventualmente llegaron a un área residencial, las calles vacías por la hora. Tocaron la puerta en el departamento de la secretaria, pero al no obtener respuesta Kakashi abrió la puerta por la fuerza.

Nadie estaba dentro.

–L-le juro que este es el lugar correcto. No sé a donde haya ido.– balbuceó el alcalde, temiendo que lo acusaran de mentir nuevamente.

Kakashi lo ignoró y fue directo hacia la única recámara del lugar. El armario estaba vacío. Los cajones también.

La secretaría huyó.

El ninja soltó un suspiro. Debía mantenerse tranquilo y buscar alguna pista de a donde pudo ir la mujer, o algún artículo remotamente personal que le sirviera para rastrearla por su olor.

Apenas y había cosas en el lugar, por lo que asumió que la señora nunca cargó con mucho equipaje en primera instancia.

Fue cuando revisó los botes de basura que encontró algo útil: Una caja de fósforos con la dirección de un burdel en un pueblo cercano.

Kakashi se guardó la caja en un bolsillo y fue hacia el alcalde.

–No hay nada aquí. Vayamos a la estación de policía.–

–¿Va a hacer que me arresten?– se indignó el hombre mayor, para fastidio del ninja.

–Eso y otras cosas.–

Como el alcalde sabía que no podía oponer resistencia ante la superior fuerza física de un ninja de alto rango, simplemente cooperó y lo llevó a la comandancia. En el camino Kakashi hizo un clon de sombras y lo envió hacia Shikamaru con un mensaje.

Una vez en la comandancia se notaba el ambiente pesado y caótico. Los oficiales iban de un lado a otro conteniendo a los prisioneros nuevos y tratando con los civiles afectados por el incendio.

–¡Señor alcalde!– exclamó una mujer al notarlo y varias personas fueron hacia él –¿Qué pasará con mi negocio? ¿Cuándo podré abrir de nuevo?–

–¿Qué fue lo que pasó en realidad? La policía no nos dice nada.– preguntó otro hombre.

–¿Quién va a reponer mi mercancía?– preguntó otra señora.

Kakashi se interpuso entre el alcalde y la multitud, inmediatamente haciéndolos retroceder confundidos.

–El alcalde es culpable del incendio y del tráfico de armas también. Fue un intento de homicidio contra la Capitana Kazue Tachibana.– anunció.

El precinto se silenció por unos instantes y luego los cuchicheos se hicieron presentes. Una oficial de edad avanzada se acercó a ellos.

–Son acusaciones muy fuertes, joven ninja.– reprimió ella.

–El mismo lo confesó. A la samurai afectada ni más ni menos. Además su secretaria, que es cómplice, ha huido del pueblo.– informó Kakashi en un tono formal y tranquilo.

La oficial intercambió una mirada con el apenado alcalde, que solo pudo asentir.

–Necesitaremos más pruebas antes de poder hacer algo.– alegó la capitana.

–Aquí tengo su prueba.– intervino Shikamaru entrando con su prisionero y el clon de Kakashi.

–Mira, son ninjas gemelos.– susurró un hombre, pero se hizo notar entre tanto silencio. Con algo de fastidio y también pena por el hombre, Kakashi desvaneció su clon.

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