Capítulo 13: Escondite

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Al amanecer Kazue se encontraba bastante más vitalizada. Llevaba días sin dormir bien; primero por la resaca, luego por estar alerta en el hospital; pero por fin había podido descansar apropiadamente.

Recién se había lavado la cara cuando escucho que tocaban su puerta. Era Kakashi y a juzgar por sus ojos parecía que se acababa de despertar.

–Ah, ya te levantaste. Estábamos pensando en ir a investigar el lugar más a fondo. A esta hora debe estar desocupado.– comentó el ahogando un bostezo. A ella le pareció gracioso pero intento no reírse.

–Me sorprende que me invites. Pensé que querrías tenerme aquí encerrada todo el día.–

–Eso quiero pero conociéndote te vas a meter en problemas si te dejo sola.– bromeó el recargándose en el marco de la puerta, esto hizo que a Kazue el estómago le diera un vuelco.

– bromeó el recargándose en el marco de la puerta, esto hizo que a Kazue el estómago le diera un vuelco

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–D-dame un minuto y estaré lista.– balbuceó por motivos fuera de su comprensión. Kakashi le dio su espacio y Kazue cerró la puerta.

¿Qué rayos le pasaba últimamente? Ese golpe en la cabeza la estaba afectando en maneras muy raras.

Lo bueno de salir tan temprano era que casi no había gente en las calles, por ello no tuvieron que hacer tanto esfuerzo para ocultarse en el camino.

–Voy a admitir que no soy buena en esto del espionaje.– aceptó Kazue una vez que estaban lo suficientemente cerca del burdel. –Tendré que confiar en que ustedes me guíen.–

–Lo principal es ser callado.– aconsejó Shikamaru. –No está tan oscuro así que si despertamos a alguien podrán vernos fácilmente.–

–¿Y si nos descubren?– preguntó la samurai.

–Eres buena para improvisar.– fue lo único que pudo ofrecer Kakashi.

Kazue soltó un suspiro y asintió con la cabeza. En su infancia escuchó a los adultos alabar a Kakashi como un genio, y el mismo Kakashi le había dicho que Shikamaru era el más inteligente de su generación. Así que debía confiar en que ambos genios pudieran sobreponerse a su pereza para hacer algo decente.

Shikamaru subió primero al techo. Kakashi se le quedó mirando un momento a Kazue.

–¿Puedo?– preguntó el ninja copia y Kazue recordó su reclamo del día anterior. Le había exigido que le pidiera permiso antes de volver a cargarla.

Odiaba tener que depender en que él la moviera cuando ella era perfectamente capaz, sin embargo era difícil rechazar su ayuda si venía tan bien intencionada. El había hecho todo lo humanamente posible por ahorrarle esfuerzos físicos y facilitar su recuperación.

–Sí, gracias.– aceptó resignada pero manteniendo un aire de dignidad en su voz. Kazue se aferraba a lo que pudiera conservar de su orgullo.

Kakashi la levantó como si nada y ella, no sabiendo muy bien que hacer en esa posición, rodeó el cuello del ninja con sus brazos. Sintió a Kakashi tensarse y buscarla con la mirada, aparentemente sorprendido por el contacto. Kazue escondió la cara, sintiéndose apenada de haber hecho algo tan patético. ¿Pero no era así como tenía que agarrarse?

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