Algo cambió dentro de Kakashi y Kazue, una nueva determinación por terminar con el caso de los jashinistas los motivó a volverse más activos en su investigación.
–Debo presentar resultados al Señor Feudal antes de pedirle que me releve de mis deberes en palacio.– dijo Kazue una mañana cuando discutían la falta de progreso. Kakashi no podía debatirle eso, era vital que Kazue impresionara a su señor.
Se dividieron las tareas. Kazue fue con Naruto y Sai al burdel para reportarse con las empleadas y ver si tenían nueva información, mientras que Kakashi llevó a otro equipo a las bodegas en que se almacenaban armas. Pudieron confiscar bastantes y apresar a un pequeño escuadrón de jashinistas que llevaron a La Hoja para interrogar más a fondo.
Kazue regresó un día después que él, jurando que no volvería a llevar a Sai a un lugar así. Por más que quisiera escuchar la anécdota, Kakashi dio prioridad a la interrogación que tenía pendiente.
–Se rehusan a hablar.– les explicó Ibiki en su oficina en la prisión –Hemos intentado los medios básicos primero, pero si esto sigue así tendremos que recurrir a medidas fuertes. Espero la autorización de la Hokage para proceder.–
–¿Has notado alguna peculiaridad en ellos? ¿Algo que nos dé pistas de si colaboraran?– preguntó Kakashi.
–Los veo muy tranquilos. Casi como si quisieran estar aquí.– respondió Ibiki serio.
–Eso nunca es bueno.– comentó Kazue. –Y el General Honda también sigue aquí...–
–Debemos aumentar la vigilancia sobre él.– decidió Kakashi.
–Hacer eso es muy obvio.– discutió Ibiki –Me preocuparía más por los Akihiro. Su historia de ser víctimas suena demasiado conveniente.–
–El General me estuvo insistiendo que ayude a escoltar a los Akihiro. Acataré su orden para apaciguarlo y al mismo tiempo espiar lo que hagan.– ofreció Kazue.
–Me da un mal presentimiento.– advirtió Kakashi, quien sintió una pesadez en su estómago al escuchar la propuesta.
–¿Qué opción tenemos? El General ya debe sospechar que estoy metida en algo y no va a quererme en su cuerpo de seguridad. Y esperando por noticias no estoy haciendo nada de provecho.–
–La Capitán tiene un punto.– concedió Ibiki –Y enviaré un ANBU encubierto junto con ella si eso te hace sentir más seguro.–
Kakashi dudó de si mismo. Normalmente su instinto no le fallaba pero, considerando que siempre tuvo poca simpatía por Eiji y sus padres, sospechó que su presentimiento quizás no era mas que un disgusto por ellos. Tenía que ser parcial y tomar en cuenta lo que sus asociados le decían. Ibiki en específico era severo pero justo, por lo que su opinión era de respetar. Así que aceptó el plan.
Cuando salieron de ahí, las calles empezaban a cubrirse de nieve. Era la primera nevada de la temporada y al parecer inició tan pronto entraron a su reunión, pues ya se estaba acumulando.
Aprovechando que no se veía nadie cerca, Kazue se le pegó tomándolo del brazo.
–Si sigue así de frío, voy a extrañar mi kotatsu.– comentó la samurai.
–Era cómodo.– respondió Kakashi sin ganas. Kazue notó su falta de animo pero no se dio por vencida en tranquilizar sus preocupaciones.
–No quedaría muy bien con el departamento... pero podría comprarte un sofá.–
–¿Un sofá?– cuestionó Kakashi extrañado. –¿Cómo es eso mejor que un kotatsu?–
–Por que podemos acurrucarnos juntos con una cobija y chocolate caliente.–
ESTÁS LEYENDO
Ramificaciones
FanfictionTerminadas la guerra ninja y la amenaza de Akatsuki, Kakashi Hatake se prepara para su nombramiento como Hokage pero tiene un asunto pendiente con una promesa que no cumplió hace años, y la única persona que podría ayudarlo a enmendar la reputación...