Fue la primera vez que Kakashi despertaba antes que Kazue.
Ya antes la había visto dormir en un par de ocasiones, pero nunca cuando ella compartía la cama con él. La pobre debía estar agotada después de lo ocurrido los días anteriores.
Desde que el General Honda llegó a La Hoja, los días de la pareja se volvieron más estresantes. Casi a diario se reunían con Ibiki para revisar la actividad del samurai, leían los reportes de los ninjas que revisaron las bases jashinistas, interrogaban prisioneros de tales operativos, y además de eso Tsunade le estaba enseñando a Kakashi como manejar los preparativos para las festividades de fin de año para la aldea.
No era que él estuviese revisando cada detalle de la organización, pero tenía que distribuir los presupuestos, delegar las labores y dialogar con los encargados de cada área si es que pedían mas recursos o tenían alguna dificultad. Por el momento Tsunade tomaba las decisiones finales en cada asunto, pero involucraba a Kakashi en cada parte del proceso. En unos días toda esa responsabilidad caería solo en él.
Ya se había quejado antes de eso con su novia. El tenía experiencia en combate y en el papeleo de las misiones, no en cosas de administración y servicios públicos. Kazue le recordó que precisamente por ser esa su área débil tenía que ponerle más esfuerzo para compensar.
Así que a Kakashi no le quedó más remedio que tomarse el asunto tan en serio como el entrenamiento físico.
Y Kazue a su vez enfocó sus esfuerzos en los interrogatorios y en pasar el mayor tiempo posible con Naruto.
Así que no la culpaba por dormir de más esa mañana. Kakashi tampoco tenía ganas de levantarse. Menos con la celestial imagen que evocaba Kazue dormida tan cómodamente, abrazada a su pecho. Aunque se trenzaba el cabello antes de acostarse, varios mechones rebeldes caían sueltos por el colchón. Teniéndola tan cerca podía sentir la calidez de su cuerpo y podía apreciar lo largas que eran sus pestañas.
Era simplemente hermosa. Y Kakashi no quiso volver a empezar sus días sin ella a su lado.
–¿Quieres el día del festival libre?– repitió Tsunade indignada cuando Kakashi le hizo la petición unas horas después.
–Ya va a regresar el equipo que mandamos a la última de las bases jashinistas, con eso tendremos las últimas evidencias que debemos presentar al señor feudal. Lo que significa que Kazue tendrá que volver al palacio pronto.– explicó el ninja copia.
–Así que quieres pasar el festival con ella antes de que se vaya.– adivinó la Hokage.
–Significaría mucho para mí.– pidió Kakashi más formalmente, Tsunade apoyó una mano en el mentón e hizo una mueca mientras que lo pensaba.
–Oh, por favor señora Tsunade. Sería una linda cita para Kakashi sensei y la señorita Kazue.– apoyó Sakura, quien estaba ahí ayudándole a su maestra a mover unos libros que llevarían a su nueva oficina en el hospital.
–Sería nuestra primer cita, de hecho.– aclaró Kakashi para sorpresa de ambas mujeres.
–¡¿Qué?!– exclamaron ellas al unísono. Kakashi se sintió algo apenado.
–Bueno... estuvimos de misión todo el viaje, y llegando a la aldea solo hemos tenido algunas horas libres y raramente a solas, así que...–
–Señora Tsunade, si Kakashi sensei sigue así, nunca se va a casar. ¿Es eso lo que quiere?– insistió Sakura mortificada. Tsunade soltó un suspiro.
–No estamos tan mal...– intentó defenderse Kakashi, la Hokage se frotó las sienes.
–Con razón Naruto teme tanto que su prima se vaya. Le estás dando pocos motivos para que quiera quedarse.–
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Ramificaciones
FanfictionTerminadas la guerra ninja y la amenaza de Akatsuki, Kakashi Hatake se prepara para su nombramiento como Hokage pero tiene un asunto pendiente con una promesa que no cumplió hace años, y la única persona que podría ayudarlo a enmendar la reputación...