Ramificaciones

Capítulo 33: Escape

La oficina de la Hokage fue aturdida por los gritos de Naruto y Sakura al enterarse del arresto de Kazue. Incluso la mismísima Tsunade soltó una maldición al escuchar como los consejeros se involucraron. Kakashi no pudo mirar a los ojos a su alumno, sintió que le había fallado.

–¡Llévenme con ellos! ¡Yo los haré entrar en razón!– gritó Naruto remangándose la chaqueta y yendo a la puerta.

–Esos dos nunca escuchan razones. Podrás haber convencido a Pain y Obito, pero el concejo es incluso más terco que ellos.– alegó Tsunade.

–¡Tenemos que hacer algo! ¡Nee chan no se puede quedar en una celda si es inocente!–

–Hay que encontrar al verdadero culpable. Eso absolvería a la señorita Kazue por completo.– dijo Sakura.

–¿Y qué esperamos? ¡Vamos de inmediato!–

–Ah no, tú no vas.– regañó Sakura agarrando de la chaqueta a su compañero –Conociéndote vas a hacer un cochinero en la escena del crimen y arruinarás cualquier pista.–

–¡Pero yo quiero ayudar!–

–Ve a ver a Kazue.– sugirió Tsunade. –Lo mejor que puedes hacer por ella ahora es darle ánimos mientras Kakashi se encarga de la investigación.–

Naruto buscó a su sensei con la mirada, pero él apenas y se la podía sostener.

–Kakashi sensei...– murmuró Naruto meditativo por un instante pero luego volvió la sonrisa determinada que lo caracterizaba –Nee chan confía en nosotros, no podemos defraudarla.–

Con esto Kakashi alzó la cabeza y el sacó el aire pesado que tenía contenido en el pecho. Debió haber adivinado que Naruto sería la última persona en rendirse o en mostrarse pesimista siquiera. El muchacho sería un gran líder algún día, pero en ese momento era a él a quien le tocaba dar la cara.

–Vamos a sacarla de ahí muy pronto.– aseguró Kakashi con renovada determinación.

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Si de algo estaba aliviada Kazue, era de que Ibiki estuviese de su lado de manera tan evidente. Cuando los concejales se fueron, le permitió usar las instalaciones para darse un baño rápido y cambiarse a ropa que Kakashi le dejó en una vuelta rápida. Los ninjas en el cuartel fueron bastante amables con ella, le dieron agua y té, además de que expresaron verbalmente su desacuerdo con la situación.

Ibiki comandaba un grupo bastante justo y leal. El arresto era más que nada simbólico y ella entendía perfectamente la razón. Todo era por política, nada que ella desconociera. La parte que le seguía costando trabajo comprender era el desprecio que la señora Koharu sentía por ella.

–Señorita Kazue, tiene una visita.– notificó uno de los ninjas y la escoltó a otro cuarto de interrogación donde solo había dos sillas y una mesa.

Ahí la esperaba Naruto quien al verla corrió a abrazarla. Junto a él estaba una bolsa de tela con varias cosas que Kazue no pudo discernir.

–¡Nee chan! ¿Estás bien? ¿No te han maltratado? ¡Dime si te han hecho algo y los haré pagar!–

–Tranquilo, Naruto. Todos aquí son muy cordiales. Me sorprende bastante si soy honesta.–

–Kakashi sensei nos dijo todo lo que pasó. Esos viejos del consejo me la van a pagar.–

–Y es por cosas así que se enojan conmigo.– suspiró Kazue –Mantén la calma. Lo peor que podemos hacer es darles más motivos para odiarme.–

–¿No estás molesta con ellos?–