Gracias a su olfato, Kakashi encontró rápido donde se hospedaban Shikamaru y Temari. Al verlo el chico le preguntó por Kazue; el jounnin tuvo que contarle lo que había pasado en la residencia Akihiro y que después de ello Eiji se llevó a Kazue a hacer unas compras. La pequeña Nozomi escuchó todo en silencio, acostumbrada a que la mandaran callar cuando los adultos hablaban.
–Ese sujeto no me agrada.– comentó Shikamaru y Kakashi se sintió algo validado –Si sabe que tiene una prometida ¿Qué hace paseándose por ahi con dos mujeres? Entiendo que sea algo arreglado, pero si es amigo de Kazue al menos tendría que respetarla.–
–Ha de ser de esos que quieren dar la impresión de mujeriegos para compensar algo.– sonrió Temari en burla.
–¿Por qué elegiría Kazue a alguien así?– bufó el joven Nara cruzándose de brazos irritado.
–Si lo piensas bien es un negocio brillante.– analizó Temari para desconcierto de ambos ninjas y la infante –Ningún noble querría casar a su hija con alguien así, lo cual deja libre a un hombre de fino linaje para alguien externo. Y si la samurai tiene reputación de ser estricta, entonces la gente asumirá que ella fue capaz de enderezar a su esposo. Eiji sería el que se presente en la corte real a opinar, pero todo mundo sabría que en realidad a la que hay que convencer es a Kazue.–
–La familia Akihiro gana la buena reputación de Kazue y Kazue gana el poder de Eiji.– comprendió Shikamaru.
—Lo notable aquí es que se sienten intimidados por Kakashi.— señaló Temari.
—¿De dónde sacas esa idea?— pregunto el aludido. Más que haber impuesto cualquier clase de respeto, se sintió como que se había tenido que tragar su orgullo.
—Estaban apresurados por que te fueras y se quisieron hacer los importantes contigo.— aclaro la rubia y luego sonrió de lado —Están ocultando algo.—
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Kazue fue con Eiji a conseguir un atuendo que usar en la cena con su familia esa noche y de ahí se dirigieron a tomar el té. Si bien ambas cosas eran actividades que ella disfrutaba, se había quedado intranquila desde la conversación con su futuro suegro. Aunque técnicamente no había sido descortés, a la samurai no le gusto la manera en que le hablaron a Kakashi, y mucho menos me gusto el haberse tenido que quedar callada.
Luego de eso se regaño a si misma por sentirse así, el asunto no era su culpa.
Lo peor del caso es que todo el rato qué pasó comprando con Eiji no pudo más que recordar haber hecho exactamente lo mismo con Kakashi. Objetivamente, que Eiji participará activamente en elegirle vestido era lo más deseable, pero Kazue encontró más entretenido el ver a Kakashi actuar tímido y nervioso en esa tarea.
—Estas distraída.— dijo Eiji tomando un sorbo de su té en el local en que se detuvieron a descansar.
—No, para nada. Tienes toda mi atención.—
—Te acabo de robar un dango y ni te diste cuenta.—
—Me siento dadivosa hoy.— mintió ella.
—Te gusta el ninja.— sonrió divertido el pelirrojo. —Y tú le gustas a el.—
—Claro que no.— se defendió Kazue tomando de su té con la esperanza que la taza ocultara su rubor.
—Mira, sé que tenemos un acuerdo y después de la boda podemos tener los amantes que queramos. Pero me parece que usar al Hokage para eso no es muy discreto.—
—Tampoco lo fue pasear con tus amiguitas en frente de todos. Sabias que el anuncio se haría pronto, no hay excusa.—
—Perdóname por querer un rato de diversión.—
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Ramificaciones
FanfictionTerminadas la guerra ninja y la amenaza de Akatsuki, Kakashi Hatake se prepara para su nombramiento como Hokage pero tiene un asunto pendiente con una promesa que no cumplió hace años, y la única persona que podría ayudarlo a enmendar la reputación...