Filch me llevó al despacho de McGonagall, la cual me miró con ojos abiertos, pero yo tenía mis ojos tristes, y para mí suerte, Harry había hecho que Neville no apareciera.
-Nunca lo habría creído de usted señorita Potter, el señor Filch la encontró en la Torre de Astronomía a la una de la mañana ¿Alguna explicación? -preguntó mientras tomaba un té.
-Lo lamento profesora, no tenía intenciones de salir, pero al despertarme no encontré a mi mascota Hades, la busqué por la Sala Común y tampoco la vi, no pude volver a dormir, tenía miedo de que alguien la encontrara y le hiciera daño pensando que era peligrosa, de verdad lo siento por haber salido -dije con los ojos llenos de lágrimas.
La profesora se quedó en shock con la niña, al parecer era muy unida a su mascota y por lo rojo de sus ojos a punto de llorar, aún no la había encontrado.
-Tranquila señorita Potter, ¿me imagino que no la ha encontrado? -yo negué- entonces dígame el color de su gato para buscarlo.
-Gato? -pregunté- no es un gato, es una serpiente, de color negro y ojos azules.
A la profesora McGonagall se le calló la taza de té al escuchar la respuesta, y miró a la niña en busca de si era una broma, pero al parecer no, entonces vio que al mirar detrás de ella, su mirada se iluminó.
-Hades!!! -gritó, se levantó y corrió para tomar la serpiente y que esta se acomodara en su cuello- bien hecho, ahora solo tenemos que seguir fingiendo para que me ponga el castigo sin quitarme puntos.
-Asi que estaba aquí -dijo y yo asentí contenta- pero debo tomar medidas señorita Potter.
-Castígueme si quiere, pero no quite puntos, mi casa no tiene la culpa de que yo halla salido, porfavor -suplicó y McGonagall suspiró.
-De acuerdo, no le quitaré puntos a Gryffindor, pero después le avisaré de su castigo, ahora vaya a su Sala Común -dijo y me marché.
Salí de allí sonriendo, al llegar a mi Sala Común, fui atrapada por las preguntas de el trío de oro, les dije que me castigaría pero que no nos quitarían puntos, ellos me agradecieron y luego nos fuimos a dormir.
•°•°•°•°•°•°•
A la mañana siguiente McGonagall fue directo al despacho de Dumbledore, encontrándose allí con Snape y Hagrid.-Buenos días Minerva -dijo Albus y los otros movieron la cabeza.
-Buenos días señor director, debo hablar con usted de la señorita Potter -dijo y los tres la miraron seriamente.
-¿Que pasa con la señorita Potter? Se metió en problemas? -preguntó el director.
-Si y no, anoche Filch se encontró con ella en la Torre de Astronomía, y ella me dijo que estaba buscando a su mascota -dijo y le dieron escalofríos al recordar al animal.
-¿Rompió las reglas por su mascota? No lo dudo, pero cuál es el problema? -preguntó Snape.
-El problema es la mascota, es una serpiente Albus -dijo y menos Hagrid abrieron los ojos- y no solo eso, se comunicó con ella, habla pársel.
-Lo de la mascota si sabía -dijo Hagrid y lo miraron- el día que Harry compró a su lechuza, ella preguntó donde estaban las serpientes y cuando la dependienta le dijo si estaba segura, ella le respondió de una manera...fría, me recordó a...
-El-que-no-debe-ser-nombrado -dijo Snape- vi a esa niña de bebé, y sus ojos son inconfundibles, cuidado con ella Dumbledore, ella le mandó un crucio a Barty Crouch Jr de pequeña, porque le dijo fea.
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La Heredera de Merlín.
FanfictionReencarnada en un nuevo mundo por algún propósito ¿cual? No lo sabe, pero sabe que salvará a todo aquel que no merezca su destino. ¿Creen que lo logre? Averigüenlo leyendo esta historia. Los personajes no me pertenecen, solo Cara, un beso.