11 "Abuelo, estás libre"

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En el castillo de Nurmengrand una figura encapuchada caminaba con calma por el lugar, dejando desmallados a los guardias que se encontraba por el camino.

Llegó frente a una celda la cual contenía a una figura encadenada, con apariencia demacrada, que cuando levantó la vista, dejó ver un par de ojos bicolores.

-¿Eres la Muerte y vienes a llevarme? -preguntó con cansancio y burla.

-Me han llamado muchas cosas, pero la Muerte jamás -habló la figura.

-Entonces ¿Que haces aquí? ¿Matarme? -dijo lo último con burla.

-Para nada, no puedo dejar que mi familia se pudra en un lugar como este, así que vengo a liberarte -dijo con voz cantarina.

-¿Liberarme? Ja, estás más loca que yo -dijo este.

El hombre vio como la figura alzó la varita y sus cadenas calleron, así como la celda se abría y la miró boquiabierto.

-¿Quién eres? Esos hechizos eran hechos por Albus Dumbledore, no cualquiera puede superarlo -dijo lo último con rencor.

-Pff, porfavor, no me compares con ese viejo, yo soy mucho mejor, ahora, ¿Nos vamos o quieres quedarte aquí? -le preguntó y el no dudó en acercarse.

-¿A donde me llevarás? -preguntó el.

-En unos segundos lo sabrás -y se aparecieron en el centro de una elegante mansión.

-¿Esto es...? -dijo sorprendido el hombre cuando el sonido de la aparición lo interrumpió.

-Señori...¡Oh el Amo! ¡El Amo Gellerte regresó! -comenzó a sollozar el elfo y el hombre sonrió con arrogancia.

-Asi es Mipsy, volví y no tengo intenciones de irme -dijo el y luego dirigió su vista a la figura encapuchada- ¿Me dirás quién eres y como conoces el acceso a esta mansión?

-Un placer conocerte Gellert Grindelwald, o debería decirte ¿Abuelo? -dijo con burla y se quitó la capa dejando ver a una joven de cabello negro y ojos azules.

A Gellert Grindelwald hubieron pocas cosas que lo asombraron en este mundo, pero definitivamente ser llamado abuelo por lo joven que tenía en frente, fue algo que lo dejó en shock por un rato.

-¿A..abuelo? -preguntó y ella asintió- explícame.

-Bueno, tu hija, Lina Grindelwald -el asintió- se casó con el desquiciado de mi padre, el cual siguió tus pasos de señor oscuro dejo decir, y la verdad no la culpo, mi padre estaba para chuparse los dedos..con razón salí tan...

-Te estás desviando del tema -el hombre la devolvió a la realidad.

-Ah si perdón, en fin, ya sabes se juntaron, se casaron y tuvieron a esta belleza -se señaló a si misma con la misma sonrisa arrogante del hombre- luego de haber pasado un año, los aurores interrumpieron donde vivía y  Dumbledore y Fudge me sacaron de allí dejándome con unos muggles..

-¿¡Muggles!? -exclamó horrorizado y furioso- ¡Maldito Dumbledore, lo hizo para vengarse!

-Si puede ser -elle le restó importancia- en fin, resulta que donde me dejaron también estaba el supuesto salvador del mundo mágico, el que mató a Voldemort y yo me convertí en su hermana.

-¿Albus está loco o que? ¿Que no sabe que los muggles odian la magia y que si decidían suprimirlos hubiera sido catastrófico? -preguntó enojado.

-El hombre está viejo, ya su mente no está bien -me burlé de Dumbledore y el soltó una carcajada- aunque ahora que lo pienso ¿Eres de su edad no?

-Ja, qué graciosa, pero yo soy mas guapo -se echó el cabello hacia atrás, viejo arrogante y vanidoso.

-Bueno déjame seguir el cuento, luego a los 11 nos llegó la carta de Durmstrang, el primer año casi morimos debido a la piedra filosofal, el segundo se abrió la Cámara de los Secretos y un basilisco comenzó a petrificar personas, ah y el año pasado pusieron a los dementores en el castillo a causa de Sirius Black, el cual resultó ser inocente -contó ella como quien habla del clima mientras el hombre la miraba boquiabierto.

-Si, definitivamente a Albus le afectó la edad -dijo el y después la miró- oye, ¿Me darías una varita? Necesito conservar mi porte.

-Ah claro -le lancé una- no es la varita de Saúco, pero servirá.

Al tomar la varita, la magia envolvió al hombre y la figura brilló, cuando desapareció el brillo, se dejó ver a Gellert Grindelwald joven, como si los años no hubieran pasado por el.

-Debo admitir que tenías razón al creerte arrogante -dijo la chica y el mago alzó una ceja- y con razón soy tan hermosa, joder que viene en la sangre.

-Gracias por el halago -dijo el- ¿Y qué piensas hacer ahora?

-Vamos a darle una sorpresa al mundo mágico, primero iremos a ver a Fudge -dijo poniéndose de pie y cambiando su ropa a algo más formal- ya hablé con el Ministro Búlgaro y lo tengo en mi poder, te concedió un permiso para estar fuera ya que estás "arrepentido" de todo lo que hiciste y debes estar conmigo para salir a cualquier lugar, ahora solo manipularé a Fudge para que te deje utilizar tu varita en Inglaterra y que les diga a todos que eres inocente, vayamos al Ministerio.

El hombre siguió a la enérgica adolescente hasta la chimenea y abrió los ojos cuando la escuchó decir "Despacho de Fudge" y la siguió.

Cornelius Fudge estaba con el corazón en la garganta, acababa de recibir una llamada del Ministro Búlgaro que le decía que un familiar de Grindelwald había pedido un juicio y permiso para que saliera y el lo había concedido, y el Ministro estaba seguro de que ese familiar era....

-Cara Ryddle -dijo este al verla entera por su chimenea, pero se puso pálido al ver al hombre detrás de ella, el cual le sonrió de forma arrogante al ver su rostro.

-Buenos días Ministro -saludó ella cortés- déjame presentarle a mi abuelo, Gellert Grindelwald, aunque usted ya lo conoce ¿Verdad?

-Asi es, saludos a ambos, ¿En qué puedo ayudarla señorita Ryddle? -preguntó con cautela, conocía a la niña y sabía que querría algo.

-Oh, que bueno que pregunte, verá, necesito que le aclare al mundo mágico británico que mi abuelo está en libertad, que soy su nieta y un permiso para usar magia -dijo ella como si nada.

-Lo del permiso no hay problema y su parentesco -dijo el y Gellert alzó una ceja incrédulo al ver como una niña de 14 años manipulaba al Ministro de la Magia- sin embargo, puedo aclarar la situación, pero no creo que lo tomen bien.

-No me importa la opinión de los demás Ministro, solo quiero que avise para que no le comiencen a lanzar maldiciones apenas lo vean en la calle, el Ministro Búlgaro ya habló con los magos americanos, los cuales no están muy contentos pero no es como si me importara, y les informó, solo queda usted -y lo apuntó con su varita.

-Mañana mismo el Profeta lo anunciará, aquí tiene su permiso, ¿Necesita algo más? -preguntó.

-Para nada, muchas gracias Ministro, espero verlo pronto, buenas noches -se despidió y volvió a aparecer en el mansión.

-Querida, debo decir que me siento orgulloso de verte manipular al Ministro de la Magia -dijo con voz divertida.

-Viene en la sangre -dijo ella orgullosamente- ahora solo debo decirte que ¡Abuelo, estás libre!




¿A que no se esperaban esa?
Lo se, lo se, soy genial 💅🏻💅🏻.

Jajaja solo bromeo, pero la verdad, quería poner algo interesante a la trama y que mejor que esto.

Espero que les halla gustado, recuerden dar su voto y opinión, un besote grande, bye 🧙🏻‍♀️❄️❄️.

La Heredera de Merlín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora